TATUANDO CICATRICES: RECONSTRUCCIÓN DE PEZONES EN CÁNCER DE MAMA
Tatuando cicatrices: Berenice Vallejo reconstruye pezones en pacientes con cáncer de mama
Hace ocho años fue diagnosticada con cáncer de mama, ahora hace reconstrucción de pezón a través del tatuaje.
Berenice Vallejo fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa 3 cuando tenía solo 30 años. Tras librar una dura batalla en la que luchó contra un tumor tipo inflamatorio en la mama izquierda, uno de 4 centímetros y otro 6 que ya habían hecho metástasis en el cuello y axila, Berenice logró librar la batalla y ayudar a otras mujeres.
Si bien una mujer no se define por el cabello o sus senos, estos dos elementos ayudan a construir su feminidad. En la experiencia de Berenice, haber perdido un seno y pasar dos años sin que pudieran reconstruirlo la llevó a la depresión.
“Intenté seguir con mi vida, entré a nutrición porque subí de peso luego del tratamiento. Los especialistas me explicaron que no podían bajarme mucho de peso porque iban a necesitar mi piel para poderte reconstruir el seno”. Luego de ese capítulo Berenice cuestionó a sus doctores, les preguntó si no iban a poner un implante, como sucede en otros casos, pero las mujeres que han recibido radiaciones, no pueden acceder a un implante y el seno afectado por el cáncer de mama debe ser reconstruido.
De acuerdo con el Breast Cancer, la reconstrucción con implante consiste en poner un implante de silicona o solución salina para cubrir el espacio que dejó la mastectomía, en casos en los que la radiación es radical se debe optar por una reconstrucción autógena, en la que se usa grasa de otras partes del cuerpo para darle forma al pezón. En el caso de Berenice esta experiencia es un choque, porque la mayoría de las mujeres asume que podrá someterse a una cirugía en la que el seno quedará casi igual. Su doctor le explicó que hay casos en los que la piel radiada se hace como chicle y entonces no te pueden someter a una cirugía que contemple un expansor porque la piel se va a romper.
Una reconstrucción que cambió su vida
Luego de años de espera su doctor le dio una noticia que cambió su vida, podría acceder a una reconstrucción. Antes de la intervención el doctor le preguntó su profesión, le explicó a qué se dedicaba, situación que fue aprovechada por el médico. “El doctor me dijo que ellos ya estaban tatuando con el aerógrafo, pero que le gustaría saber lo que yo podía hacer. Luego de ser reconstruída con parte de mi grasa pudieron reconstruir mi mama, le pedí a mi socio que me tatuara y ahí cambiaron las cosas”.
Berenice relató que luego de tres meses los médicos pudieron ver el resultado, y así, desde la propia experiencia de librar una batalla frente al cáncer, le pidieron que se uniera a su equipo, que tatuara los pezones de otras mujeres que habían sido sometidas a una mastectomía.
"Al principio me negué a hacerlo porque el impacto de estar hablando con otras mujeres que habían pasado lo mismo que yo me era muy difícil. Accedí y al inicio mis socios me ayudaron, hasta que dijeron 'no más', quien tiene que hacerlo eres tú porque tienes esa empatía con las otras mujeres, tú lo pasaste y nadie mejor para saber de qué se trata este proceso y las ayudes”.
Tatuar el pezón es la cereza del pastel
“Aunque la gente te vea natural y normal, tú sabes la realidad, te da pena aceptar una enfermedad así, después de seis años he notado que hay mujeres que han dejado los antidepresivos, que se vuelven a sentir mujeres. Terminando el tatuaje lloran, explotan, me abrazan, porque pensaron que siempre se iban a ver con cicatrices. El trabajo no termina ahí, pero he visto que muchas mujeres se han sentido mejor consigo mismas. No somos un seno, no somos cabello largo, pero al perder todo esto, te sientes como una oruga. Tu cuerpo se modifica, tu mente y emociones también, es difícil reintegrarte, es un antes y un después. Muchas se van con lágrimas en los ojos, es la cereza del pastel, esto se terminó”.
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