UN CUENTO CHINO
GANAR- PERDIENDO
Iba una vez un comerciante por un camino y observó en el suelo una bolsa pequeña de cuero, que la recogió. Abrió la bolsa y se encontró que contenía tres monedas de oro.
Al momento, se le acercó un caballero que le dijo:
"Dadme esas monedas que acabo de perder"
"Yo las encontré y me pertenecen" le dijo el comerciante.
La discusión, aunque con buenas formas se hacía interminable y el caballero tomó una decisión:
"De acuerdo. Considero perdidas las monedas. Vuestras son a partir de ahora"
Sorprendido el comerciante por tal gesto, reaccionó así:
"De ninguna manera. No quiero quedármelas así, La verdad que, aunque no sé a quién pertenecen, dada su insistencia se las doy"
Nuevo desacuerdo y nueva discusión, más larga aún que la anterior. En vista de lo cual, al cabo de un rato largo, decidieron someter la cuestión a un Juez, que era una persona mayor, en un pueblo próximo, que era famoso por sus sabidurías y consejos justos.
El Juez, tras escuchar a las dos personas, le pidió la bolsa al Comerciante. Luego dijo: " Ya que habéis renunciado a su propiedad, os confisco las monedas"
y se retiró de la sala ante el desconcierto de los dos hombres.
Al cabo de unos instantes, regresó el Juez y se dirigió a ambas personas diciendo: "Os habéis obstinado ambos hasta tal punto, queriendo cada cual tener toda la razón, que ambos habéis perdido todo. De esta manera,habéis aprendido una valiosa lección: lo que se puede perder cuando una persona se obceca en un planteamiento, una idea fija, en vez de comprender a la otra"
Pero yo también he aprendido una valiosa lección, la que me habéis enseñado con vuestra renuncia final. Por eso voy a haceros un regalo. Acto seguido sacó dos bolsitas y entregó una a cada persona. Cada bolsita contenía dos dos monedas.
Entonces el juez les expresó su conclusión:
"Antes cada una creía tener tres monedas que después perdió. Ahora, cada cual teneís dos, porque yo he añadido una. De ese modo os guardais dos monedas cada uno, pero todos hemos pagado uno por la enseñanza que acabamos de recibir"
¿Qué podemos sacar de esta historia?
- La obstinación egoísta sólo puede llevar a las personas a seguir soluciones de insolidaridad, agresividad y desequilibrio que pueden llegar a provocar situaciones y/o traumas irreversibles.
- Ha llegado el momento de que empecemos a darnos cuenta de que nada podemos ganar trabajando unas personas contra otras, ni unas a expensas de otras.
- Todas las personas debemos pagar el precio correspondiente a nuestros esfuerzos, antes de recibir, todas juntas, el beneficio común.
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