COMO DEJAR DE COMPARARTE CON LOS DEMÁS

 Cómo dejar de compararte con los demás

Es normal que nos comparemos con los demás; a veces puede ser útil averiguar dónde estamos y qué queremos. Pero cuando otras personas se convierten en un referente de nuestro éxito, debemos centrarnos en nosotros mismos.



Ya sea que estemos solteros o en una relación, a veces podemos sentir que no estamos tan satisfechos como esperábamos. Y cuando esto sucede, caemos fácilmente en la trampa de golpearnos a nosotros mismos mediante la comparaciónImaginamos que no nos sentiríamos infelices si estuviéramos en la relación que deseamos, o aceptamos la fantasía de que todas las demás parejas están viviendo una vida de cuento de hadas que nosotros no tenemos. Sentirnos deprimidos o frustrados con nuestra situación actual se convierte en una apertura para pensamientos de no ser 'lo suficientemente buenos' y que hemos 'fallado' y, a continuación, nos subimos a ese tren de pensamientos y lo montamos en una espiral de comparación. Cada pensamiento duro conduce a sentimientos más dolorosos; un proceso que se repite y se repite hasta que esos sentimientos finalmente nos abruman por completo.


Es parte de la condición humana cuestionar nuestras vidas a veces, sentirnos insatisfechos e infelices y, sí, compararnos con los demás. No hay luz sin sombra ni altibajos sin bajada. Estos añaden riqueza, textura y sabor a nuestras vidas. En tiempos más difíciles, pueden ayudarnos a enfrentarnos cara a cara con nuestra verdad y ver que necesitamos crecer o cambiar, incluso si es con los dientes apretados. La insatisfacción puede allanar el camino hacia una mayor apreciación por lo que tenemos y puede actuar como un catalizador para el cambio que nos lleva hacia relaciones y experiencias más enriquecedoras.

Pero cuando comparamos, debemos recordar que no todo es siempre lo que parece. Hay personas que parecen felices, a quienes algunos podrían referirse como "la vida y el alma", que están pasando por su propio dolor y lucha personal. Luego están esas parejas que se separan aparentemente de la nada, enviando ondas de choque a quienes las conocen. “¡Parecían tan perfectos juntos!”, Exclaman sus amigos. Pero, de hecho, en realidad no sabían lo que estaba pasando detrás de escena


Cómo salir de la espiral de comparación

La comparación consiste en estimar aspectos de nosotros mismos y de nuestras vidas frente a lo que creemos que los demás tienen, son y hacen. Aunque se siente como si nos estuviéramos juzgando a nosotros mismos, también estamos juzgando a los demás, asumiendo que las cosas son de cierta manera en sus vidas. Si bien podríamos pensar que buscamos inspiración en los demás, porque están haciendo las cosas 'bien', la comparación respalda la mentira de que nos estamos diciendo a nosotros mismos sobre por qué no podemos tener, ser o hacer lo que sea 'correcto'. Queremos que nuestras vidas se parezcan a las de ellos, pero dudamos secretamente de nuestra valía para lograrlo. 

Cuando te encuentres comparándote con los demás, es importante recordar que no estás en el mismo camino que los demás. Todos tenemos nuestras propias historias individuales, deseos, miedos, motivaciones, metas, sentimientos, creencias y más. No has vivido exactamente las mismas experiencias de la misma manera con los mismos pensamientos y sentimientos que cualquier otra persona. Y tampoco tienes idea de lo que te espera. La vida de alguien puede parecer fabulosa en una instantánea, pero también pasará por dificultades.

Esto no significa que no debas querer estas cosas; significa que no debes odiarte a ti mismo ni a los demás si no los tienes. Significa que no debes esperar a que estas cosas entren en tu vida antes de empezar a vivirla; deberías disfrutar lo que tienes ahora. 

También podemos utilizar cualquier sentimiento de decepción para averiguar si hay otra forma mejor de conseguir lo que queremos. A veces, por ejemplo, queremos experimentar un sentimiento que creemos que una persona o una cosa nos dará, más de lo que queremos a la persona o la cosa en sí. Identificar esto proporciona una pista no solo sobre nuestras necesidades, sino que también potencialmente nos apunta en la dirección de otras personas, cosas y experiencias que pueden engendrar ese mismo sentimiento.

Gran parte de nuestra angustia en la vida se debe a la forma en que nos tratamos y nos consideramos como resultado de nuestra percepción de insuficiencia o fracaso. Pero no tenemos que sentir esta angustia cuando nos comparamos con los demás. La comparación puede ser una señal para volvernos más conscientes y compasivamente sinceros con nosotros mismos. Cuando te preguntas por qué estás comparando o por qué, por ejemplo, no estás haciendo lo que sabes que realmente necesitas hacer, es probable que tu respuesta implique sentir miedo. Una de las mejores cosas que puedes hacer por ti es ofrecerte un oído y un poco de bondad hacia ti mismo, lo que te ayudará a superar este miedo en última instancia. Piensa que no eres solo la suma de tus defectos o lo que no tienes, en lugar de pensar en destrozarte a ti mismo,





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