¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL LLEGAR A CONOCERSE? 2ª parte

4. Otros no se atreverán a decírnoslo 

Muchos aspectos de nuestra identidad nos resultan difíciles de percibir sin la ayuda de otra persona. Necesitamos que otros sean nuestro espejo, alimentando sus ideas y perspectivas sobre las partes esquivas y difíciles de ver de nosotros mismos.

Sin embargo, obtener datos de otras personas es un proceso muy poco confiable. Muy pocas personas harán el esfuerzo de responder a esta difícil tarea de retroalimentarnos.

O nos odian demasiado como para molestarse en darnos esa retroalimentación, o nos aman demasiado y no quieren lastimarnos.

Nuestros amigos son demasiado educados, sus buenas intenciones los llevan a guardarse las observaciones menos agradables que tienen sobre nosotros. Nuestros enemigos, por otro lado, tienen mucho que decirnos: no siempre son las personas que amamos las que mejor ven ciertos aspectos de nuestra personalidad.

Puede ser alguien con quien no estamos de acuerdo y que tiene el sentido más fuerte de lo que está mal con nosotros (por ejemplo, se da cuenta del hecho de que defraudamos a la gente para seguir nuestros propios planes...) Desafortunadamente, estas no son las personas a las que recurriremos. solicitar sus puntos de vista y compartir su sabiduría. 

De hecho, tememos que no se tomen el tiempo para hacerlo, o que lo hagan de manera abrupta, lo que nos pondrá a la defensiva y nos cerrará a los aspectos más sabios de la dura evaluación de nosotros mismos.

5. Aún no hemos vivido lo suficiente

Muchos elementos del autoconocimiento sólo llegan a través de la experiencia. Deberíamos imaginarnos a nosotros mismos como un cortador de galletas: solo presionándonos contra la masa de la vida podemos ver qué forma tenemos realmente. El autoconocimiento, entonces, no es algo que solo podamos hacer de forma aislada, retirándonos del mundo para mirar dentro de nosotros mismos.

Adquirimos conocimientos de forma dinámica, ensayando cosas y enfrentándonos a los demás, lo que implica siempre un elemento de riesgo y un compromiso de tiempo necesario. En términos de trabajo, no podemos saber qué tipo de carrera queremos y qué queremos hacer con nuestra vida simplemente haciéndonos la pregunta. Necesitamos sumergirnos en el mundo del trabajo y la experimentación. 

El autoconocimiento sólo puede lograrse a través del diálogo con el mundo.

6. Somos imprecisos

Nuestros pensamientos sobre muchas cosas están ante todo marcados por la vaguedad. Nuestros músculos intelectuales son inherentemente bastante débiles. Nuestras reacciones espontáneas a las cosas son a menudo 'me gusta' o 'no me gusta'. Tenemos sentimientos favorables o desfavorables acerca de las cosas, pero nos resulta difícil decir más. 

Decimos cosas como:

• Quiero ser creativo
• Odio los grandes negocios
• Me siento mal
• Me molesta

Estas afirmaciones pueden ser ciertas, pero no son ítems de muy alta calidad en términos de autoconocimiento. No son lo suficientemente específicos como para llevarnos a la acción. No es que estén equivocados, el problema es que son demasiado vagos. No sabemos cuál es el verdadero problema.

Estas declaraciones no son un tema personal y podrían ser las mismas para muchas personas. Son universales. Los primeros informes de nuestra mente consciente son por naturaleza muy vagos y por lo tanto requieren un análisis sostenido.

Y una de regalo

7. La introspección no tiene glamour y es poco conocida

Introspección es el nombre que le damos al análisis profundo de nuestros sentimientos así como de nuestras ideas. Desafortunadamente, no es muy popular en nuestra sociedad. Rara vez se nos anima a revelar nuestros pensamientos. La noción de lo que significa tener una conversación con un amigo rara vez incluye tratar de avanzar en la clasificación de nuestros sentimientos. La psicoterapia, el terreno preferido para el autoanálisis, solo interesa al 1% de la población.

Una de las formas de desarrollar el autoconocimiento a escala social sería hacer que la introspección fuera un poco más atractiva. Debe considerarse como un concepto a explorar durante un fin de semana con amigos o durante una cena.