LA FASCINACIÓN DEL CAOS

LA FASCINACIÓN DEL CAOS

La vida, como apuntó el viejo Heráclito, nace del conflicto, y el primer conflicto de todos es el de orden contra el caos

Desde la Grecia clásica la ciencia se ha venido orientando al descubrimiento de elementos estables, ya sea el agua, como proponía Tales; el fuego, ya sean moléculas, o las átomos de Demócrito. Pero, como sabemos, uno de los descubrimientos más fascinante de nuestro siglo es que las partículas elementales suelen ser inestables.

Nos hemos dedicado a buscar esquemas generales, globales, a los que pudieran aplicarse definiciones que fueran axiomas inmutables y lo único que se ha logrado, en todos los casos, ha sido encontrar tiempo, acontecimientos y fenómenos en evolución.

La lucha contra la entropía, la generación de un orden a expensas del entorno, es la pescadilla que se muerde la cola, que lleva a todos los seres vivos a convertir su existencia en la búsqueda de la energía en un Universo en evolución. Han cambiado tanto nuestros conceptos que se puede considerar 

una nueva concepción de la historia de la ciencia.

Los conceptos de ley y orden no se pueden considerar ya inamovibles, hay que investigar el mecanismo generador de leyes, de orden, a partir del desorden, del caos. De momento nos resulta mucho más fácil el estudio del caos: nuestro tiempo ofrece un divinamente grotesco material empírico.

Se sigue funcionando con los principios físicos aristotélicos que defienden que el mundo está intrínsecamente ordenado, que no hay problemas de organización, ya que una inteligencia, llamésmola suprema, vela por su orden. La disidencia orden-caótico de las cosas que ha arrasado, no solo con ciertas costumbres y creencias religiosas, sino que se extrapolado al arte, al urbanismo, la imagen o la información.

Se habla de sistemas organizados en sistemas jerárquicos, de causalidad circular entre niveles, de autorreferencia, de bucles recursivos, de autocontrol. En fín de autoorganización o de programas que se programan a sí mismos, aunque aún no se sabe como. Por ello, cuando se dice que del caos nace el orden se está trazando uno de los aspectos fundamentales, quizás el más crucial.

Asumir el caos de los tiempos y el cambio que de ésta se genera es la única estrategia posible. Y además tiene su propia fascinación. La fascinación de Tanathos tal y como la describió Leonardo da Vinci en sus cuadernos de notas "Considera ahora la esperanza y el deseo de repatriarte y retrornar al caos primigenio, que es como la atracción del mosquito a la luz, y que el hombre espera gozoso cada nueva primavera no se percata de que desea su propia destrucción. Porque este deseo es la misma quinta esencia del espíritu de los elementos, inseparable de su naturaleza que les impulsa a retornar del cuerpo humano a su creador. Y el hombre es el modelo del mundo".

Diría que el hombre, ese modelo del mundo es caótico. Todo sistema humano es una "caja negra", podemos examinar su "input" solo observando su "outpout", y su razón de cambio es un acontecimiento totalmente fortuito, imprevisible