LOS DOCE DÍAS DE NAVIDAD. RECUPERA TU INTIMIDAD
DESPIERTA LOS SENTIDOS. RECUPERA TU INTIMIDAD
1er. día
La piel que se ha secado debido al viento y al radiador necesita una hidratación extra. Pon en el cesto una botellita de aceite de almendras (las venden en establecimientos de delicatessen y en tiendas de dietética). Para utlizarlo, mójate la punta de los dedos y aplícatelo en la cara con movimientos ascendentes.
5º día
Las
mujeres sabemos dar, pero somos tacañas a la hora de recibir. Cuando
compramos regalos para otros ¿te acuerdas de todas las que conoces?.
Seguramente no. Te has olvidado ponerte en la lista. Pero es necesario que el 25 de Diciembre debajo del árbol aparezca un "Justo lo que siempre he querido"
¿Cómo se ha sabido?, un regalo magníficamente envuelto con tu
nombre escrito en ella. Y todas sabemos quién lo pondrá ahí ¿verdad?. Una pista: Se llama como tú.
Ahora que quedan sólo dos semanas para Navidad, una idea original es celebrar cada uno de los días con pequeños regalos que nos mimen, cuyo objetivo es recordarnos que cuando tenemos que cuidarnos en estos días ajetreados, no sólo es el pensamiento lo que cuenta. Estos pequeños regalos no harán mella en nuestro presupuesto y nos reconfortarán el alma.
PROCEDIMIENTO A SEGUIR
Reunir de antemano en un cesto grande, una hermosa bolsa de la compra forrada con servilletas de papel o el calcetín más grande que tengas.
Coloca los regalos en un sitio donde los veas para aumentar tu
felicidad con la espléndida expectativa de abrir cada regalo. Empieza a
disfrutar de tus placeres durante media hora robada al atardecer a partir del 12 de Diciembre.
1er. día
La piel que se ha secado debido al viento y al radiador necesita una hidratación extra. Pon en el cesto una botellita de aceite de almendras (las venden en establecimientos de delicatessen y en tiendas de dietética). Para utlizarlo, mójate la punta de los dedos y aplícatelo en la cara con movimientos ascendentes.
2do. día
No te olvides de los labios. Para tu cesto o calcetín prepara lo siguiente: mezcla varias gotas de miel con dos cucharadas de vaselina en una tacita y envásalo en un frasquito que cierre bien. Aplícalo sobre los labios secos o cortados.
3er. día
¿Te gustan los jabones para invitados? Cómprate una sola pastillla de jabón de buena calidad, de una fragancia relacionada con estas fechas señaladas como el incienso o la mirrra. En las tiendas de regalos o de productos de baño, suelen venderlos sueltos por poco dinero. No tires el envoltorio del fabricante: introdúce el jabón cortado en pequeños trozos en el cajón de la ropa interior para perfumarla sutilmente durante los próximos meses. El papel inclúyelo como un jabón más, ya que se habrá impregnado de su olor.
4º día
Una chocolatina de un mordisco o dos, de una chocolatina cara no dará al traste con tu dieta y a tu alma le sentirá de maravilla.
Contrarresta el chocolate con la manzana de cultivo biológico mas grande que encuentres en la tienda de productos naturales. Cuando descubras lo sabrosa que está, tal vez decidas hacerte estos regalos no sólo en Navidad.
6º día
Pon dos naranjas, una lima y un plátano en el cesto de los regalos. Cuando el plátano esté maduro, agasájate con un nutritivo postre tropical. Prepara un zumo con los cítricos y pela y corta el plátano. Mézclalo todo en la batidora y añádale media taza de yogur o leche de soja. Sírvelo en un vaso alto y brinda por tu salud.
7º dia
Hazte tus propios polvos perfumados para después del baño poniendo una taza de almidón de maíz en una bolsa de plástico con cierre. Añádele unas gotas de tu perfume favorito, agua de rosas o extracto de vainilla. Ciérrala y agita bien. Guarda el polvo en un tarro hermético. Acuérdate de poner una borla bien mullida en la cesta para aplicártelo.
8º día
En una tienda naturista compra botellas pequeñas de aceite de soja y aceite esencial de menta. Cuando tengas las piernas cansadas despues de un día largo de caminar o estar de pie, éste es el mejor regalo que puedes hacerte: Mezcla media taza de aceite de soja con cuatro gotas de aceite esencial de menta y utilízalo para hacerte un masaje en las piernas. A continuación toma un baño de pies caliente. Secátelos dándoles palmaditas con una toalla.
9º día
Compra un paño para abrillantar metales en la ferretería y relájate una tarde limpiando objetos como bandejas, cubiertos e incluso alguna joya que uses sólo para las ocasiones. Cumplirás dos objetivos: relajarte e ir preparando la vajilla para las fiestas navideñas.
10º día
¿Cuanto tiempo llevas utilizando el mismo cepillo de pelo? Sustitúyelo por uno nuevo de buena calidad y, al menos la primera vez, cepíllate el pelo 100 veces como posiblemente hacían nuestras abuelas en su ritual diario
11º día:
¿Están tan gastadas tus manoplas que se han vuelto casi transparentes? Cómprate un par de algodón egipcio en una tienda lujosa de artículos de baño. Reserva unos para los baños calientes y asegúrate de que la manopla frote todos los centímetros de tu piel de los pies a la cabeza.
12º día:
Después de todo el ajetreo de las compras navideñas, lo mejor es tomarse una infusión relajante. Compra té a granel y mézclalo con dos partes de hojas de menta seca y una parte de flores de manzanilla. Guárdalo en una lata. Para hacer una infusión, echa una cucharadita de la mezcla y deja reposar por lo menos diez minutos.
Espero que estos pequeños rituales os hagan pensar que lo mejor de las Navidades son los preparativos. Despacio pero con paso seguro, la magia de estas fechas se apodera del ambiente.
A la vez que vas mimándote con estos pequeños placeres, recordarte que pocas cosas en la vida son gratuítas, quiero decir, que estos pequeños premios son para el atardecer. El resto del día tendrás que elegir la decoración navideña, colocar coronas en las puertas interiores, no sólo en la puerta de la calle. Buscar un árbol vivo, una poinsetia roja y colócala en una mesa de tu salón, para recordar que las fechas se acercan pronto (cuidado con las poinsetias si tienes animales domésticos, consulta primero con el veterinario porque algunas plantas, como las poinsetias, son tóxicas para ellos).
Y para terminar un poema dedicado al muérdago de Walter de la Mare:
Cansado estaba, dando cabezadas
bajo el muérdago
(verde pálido, muérdago de las hadas)
No llegaron pasos, no llegaron voces, sólo
mientras estaba allí, adormilado, solitario,
se detuvieronçen el aire inmóvil y umbroso
unos labios invisibles y allí me besaron
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