MARTES SALUDABLES. ¿COMO EMPEZAR A COMER SANO CON TANTA INFORMACIÓN?

¿Cómo empezar a comer sano con tanta información?


Tuvimos que aprender prácticamente un diccionario nuevo para entender las decenas de conceptos y lograr pronunciar alimentos que ni conocíamos. Desde la quínoa, la chía y el maqui hasta los antioxidantes, probióticos y prebióticos, ¡nunca en la historia fue más difícil hacer la compra del mes ni comer sano!
¿Cómo empezar a comer sano con tanta información?
Antes la cocina era bastante más simple que la de hoy. En los últimos 10 años nos quitaron la simpleza del menú tradicional y nos han bombardeado con decenas de términos nuevos, de patologías asociadas a consumo de alimentos, y nos obligaron a aprender a leer las etiquetas de los envases No contentos con eso, nos subdividieron los alimentos, satanizaron otros cuantos y hasta nos dijeron que era mejor cambiar el salvador arroz por la quínoa y la carne por soja. Los envases se llenaron de stickers negros, y creció la letra pequeña de los ingredientes.


Por lo tanto, pasearse hoy por el supermercado es agotador. Pasillos tras pasillos de alimentos especializados: el 5B es de los sin gluten, el 6 de los sin azúcar, el 8C para los productos sin lactosa, más allá los edulcorantes y al lado sólo aquellos con fructosa. ¡Y para qué hablar del pasillo de los cereales! 

¿Se han acostado repasando qué alimentos ingirieron o cuántas calorías sumaron a ese cuerpo que tanto cuidamos? Es la historia de muchas mujeres. Varias. Casi todas. Ir a nutricionistas que te dicen "coma de todo, pero poco"; que la dieta de la proteína, la noventera "de la sopa", la ochentera "dieta de Nasa" y así, suma y sigue con una serie de mandamientos dirigidos casi un 100% a nosotras.

Hoy estamos comiendo como pájaros, osos, leones, o cualquier cosa. Porque la dieta del genotipo nos dividió en profesor, cazador, guerrero y recolector; nos hemos dedicado a comer chía, salvado, semillas de maravilla, mijo y quínoa. Ya no endulzamos con azúcar NI endulzantes, ahora está la stevia natural, la panela o la tagatosa. El chocolate es cacao, los huevos deben tener Omega3 o ser de gallina feliz, y el gluten es la causa de todos nuestros males. ¿Qué hemos hecho de la comida?


Y para ser atractivo, no basta con comprar la mejor crema del mercado.... Además debes consumir maqui, granada, jugos prensados, suplementos alimenticios para integrar a la dieta los famosos antioxidantes, y lo último son los shots de colágeno. Porque viejos arrugados no queremos ser, claro está.

Hay más. Nuestros amigos y conocidos son una amalgama de diferentes tendencias. Antes en los casinos de los colegios o empresas habían dos opciones: menú normal o menú hipocalórico. Hoy están los vegetarianos, veganos, celiacos hipster (que aunque no lo haya diagnosticado un doctor no consumen gluten), crudiveganos y los "detox", que andan con jugos de lo que sea en esas botellas con tapa y bombilla. Si cuando niños mezclábamos espinaca con el alpiste de los gatos de la casa y nuestra madre nos decía "deja de jugar con la comida", ¡hoy eso es la base de un jugo detox!

La ciencia de los jugos

Cuando éramos niños el desayuno iba acompañado –en casos excepcionales– del típico juguito de naranja recién exprimido. Hoy lo que debemos tomar es el famoso jugo détox, antioxidante y preparado en una súper-mega-máquina de jugo que muele la fruta (porque se descubrió que licuarla elimina algunas vitaminas) y separa cuidadosamente y con palabras cariñosas la pulpa del verdadero jugo. Jugos verdes, diuréticos, adelgazantes, vigorizantes y hasta potenciadores sexuales. Manuales completos de recetas sólo de jugos y batidos.

Lo queramos o no, los tiempos han cambiado y hay que adaptarse. La ciencia ha avanzado hacia el cuidado de nuestra salud y de cómo permanecer saludables por más tiempo y vivir más y con mejor calidad. En eso debemos enfocarnos. Y en bajar esas cifras terribles de obesidad. Entonces, más allá de ponernos nostálgicos, mejor unirnos a la "moda" a nuestra medida y que ese cambio de hábitos nos convenza de que nos traerá múltiples beneficios.


Jillian Michaels, la entrenadora del popular programa de televisión "The Biggest Loser" y autora de "Making the cut", bestseller del New York Times, escribió en su libro "Optimiza tu metabolismo" unos tips de compras para la casa. Esta lista debe comenzar con los grupos de "nutrientes poderosos", y para eso debes tener en consideración algunos consejos como premisas:
* Preferir alimentos orgánicos. Duran menos, sí, por lo que hay que comerlos inmediatamente cuando están frescos.
* Comer menos carne y más legumbres.
* No comprar bebidas "pegajosas".
Alimentarse o nutrirse
He ahí toda la diferencia, y por qué hoy comemos distinto. Y aunque no hay un consenso universal, lo claro es que estamos en un proceso de transición en términos de alimentación y de estilo de vida. Grupos que ante el aumento de diabetes y obesidad en nuestro país (entre otras patologías) han decidido seguir caminos alternativos para mejorar su salud y bienestar a largo plazo. Desde los vegetarianos extremos que no consumen nada de origen animal (veganos), o los fundamentalistas que no consumen alimentos cocidos (crudivoristas), todos buscan simplemente ser más sanos.
Sin duda alguna, la oferta de métodos nutricionales es demasiado amplia y no existe aprobación general en cuál es la correcta para todos. Por eso la importancia de entender que una cosa es alimentarse, y otra distinta es nutrirse.
Para nutrirnos bien necesitamos elegir los alimentos de acuerdo a su valor nutricional, a sus macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), micronutrientes (vitaminas y minerales) y a sus calorías, las que se metabolizan en el organismo y entregan buena salud. En ese sentido, es clave alimentarse de manera suficiente, completa, equilibrada y variada.
Nutrirse es, entonces, el proceso biológico por el cual nuestro organismo obtiene los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento de los alimentos y líquidos ingeridos. De allí que se considere que la actual generación está bien alimentada pero mal nutrida. La razón es que la gran mayoría sigue eligiendo alimentos poco nutritivos, los combina mal y no come la suficiente variedad de acuerdo a su peso, talla y edad. Y no eliminan los llamados carbohidratos vacíos (las hamburguesas de tiendas de comida rápida, por ejemplo, productos altos en macronutrientes, pero realmente pobres en micronutrientes
Entonces, ¿cómo vivimos más y en mejores condiciones? Manteniendo el equilibrio en toda su dimensión y recordando que todos los extremos son malos. Consejo de abuelita, pero que aún funciona.

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