EL POR QUÉ DE VIAJAR NOS HACE MÁS FELICES
¿Por qué viajar nos hace más felices?
Las vacaciones son necesarias para el alma. Conoce los beneficios que viajar trae para tu salud.
Viaja.
Tanto como puedas. Tan lejos como puedas.
Cuanto tiempo puedas.
La vida no está hecha para vivirla
en un sólo lugar" (Desconocido)
Viajar es algo que debes hacer sí o sí en la vida. Es el momento ideal para hacer nuevos amigos, conocer nuevas culturas o aprender un nuevo idioma.
Coge tu mochila y conoce los beneficios que viajar trae para tu salud.
Sí, la felicidad existe y está en esa playa donde te zambulliste en las olas, en esas calles adoquinadas que recorriste con tu cámara en mano o en esa caminata que hiciste a lo alto de la montaña. ¿Por qué nos hace tan felices salir a nuevos lugares?
El dinero no compra la felicidad
Cuando escuches que "el dinero no compra la felicidad", creételo porque una experiencia vale más que cualquier objeto. Dice una investigación de la Universidad Estatal de San Francisco que la clave para ser felices es generar recuerdos basados en experiencias como lo son los viajes, pues aunque obtenemos una gratificación inmediata cuando nos compramos algo que deseamos, ésta no durará por siempre. Por el contrario, nuestras experiencias son más una inversión a largo plazo de un futuro feliz. Los objetos se devalúan, los recuerdos no.
Emoción a full
¿Recuerdas esa sensación de no poder dormir justo antes de tu viaje? Según el Dr. Leaf Van Boven, experto en psicología y neurociencia de la Universidad de Colorado y Laurence Ashworth, profesor de Marketing de la Queen's University de Kingston (Canadá), la expectativa y la incertidumbre generan una emoción que durará incluso cuando regreses y recuerdes el momento.
Un respiro a tu favor
La mente necesita vacaciones y nada mejor que un viaje para darle un respiro a nuestro cerebro. Expertos del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología,
afirman que tener conocer lugares nuevos y tener experiencias
multiculturales, aumenta en gran medida las conexiones neuronales y
refuerzan la mente, incrementanso también tu creatividad. Y sí, el
estrés no es nada bueno, así que considera darte un respiro en cuanto
puedas.
Sin dramas por tener que volver
¿Has escuchado que alguien se deprima por estar tomando el sol mientras bebe agua de coco junto al mar Caribe? Según los expertos de la Clínica Marshfield, en
Wisconsin, viajar por lo menos dos veces al año, reduce la baja
emocional, los niveles de estrés, la irritabilidad y el cansancio. Y
aunque todo lo bueno se acaba y debes volver a la rutina, las vacaciones
te ayudarán a regresar más relajado y con las ideas recargadas.
Fuera depresión, fuera estrés y hola corazón sano
Haz feliz a tu corazón con unas vacaciones. Los estudios afirman que
aquellas personas que se dan un descanso regularmente son 21% menos
propensos de sufrir un ataque al corazón. ¿La razón? Estás lejos del
estrés cotidiano y además, es probable que durante tu viaje estés
realizando actividades físicas. Y es que, esa caminata que haces para ir
de museo en museo o zambullirte en la piscina del hotel, cuenta como un
buen ejercicio, lo cual es bueno para tu cuerpo.
¡Es un placer conocerte!
Cuando viajas, te vuelves más sociable. El Centro de Investigación Gerontológica de Finlandia
afirmó que las personas que viajan constantemente o tienen contacto con
otras culturas, tienen mayor sentimiento de pertenencia, por lo que
tienen mayor facilidad para aceptarse y adaptarse, se vuelven más
extrovertidos ¡y viven más! Además, ¿te imaginas tener amigos en todo el
mundo y casas a dónde llegar en tu próximo viaje?
Así que ya sabes. Viaja por tu cuenta, en familia o
con alguien que quieras pero escápate en cuanto puedas. Aún cuando
estemos atados a la vida laboral o escolar o la economía pinte difícil,
hay que intentar cambiar la rutina de vez en cuando. Viajar te
transforma, te da seguridad y te prepara para enfrentar nuevos
retos. Prueba un platillo exótico, conoce a alguien nuevo y descubre
otra ruta, pero no te quedes con las ganas de salir. No necesitas irte
muy lejos; un viaje en carretera o una visita exprés a una playa
cercana, nos invita a respirar aire fresco y a enamorarnos de un nuevo
paisaje. Lo importante es atreverse a recorrer nuevos lugares.
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