ROMPER EL TECHO DE CRISTAL, EL RETO DE LAS MUJERES
Romper el techo de cristal, el reto de las mujeres
Pese a ser parte de la fuerza productiva del mundo, aún hay muchos espacios que conquistar.
A pesar de los grandes avances que han tenido las mujeres en el espacio laboral y académico en los últimos años, la disparidad de género continúa siendo uno de los principales problemas que afecta a la sociedad y su economía.
El término “techo de cristal” fue utilizado por primera vez por Marilyn Loden en 1978, durante la Womens Exposition celebrada en Nueva York. En ese momento, Loden era una de las pocas mujeres que ocupaba un puesto gerencial de nivel medio en la compañía telefónica de Nueva York y usó esta expresión durante su conferencia sobre porqué las mujeres no ocupaban posiciones de liderazgo como una metáfora sobre la barrera transparente que es invisible cuando las mujeres comienzan su carrera profesional, pero que bloquea su ascenso dentro de las corporaciones a pesar de sus esfuerzos
El retraso de las mujeres en su lugar de trabajo, se debe en parte al estigma que ha relacionado a las mujeres con las actividades domésticas y familiares por varias décadas. En los años ochenta, el término “mommy track” era usado para describir a las mujeres jóvenes que trabajaban refiriéndose a que por estar en una edad ideal para convertirse en madres, eran menos disciplinadas que los hombres o que las mujeres de edad más avanzada. Esto se debe a que se creía que las mujeres jóvenes no durarían mucho tiempo en una posición laboral antes de embarazarse y tener que ausentarse para cuidar de sus hijos, incluso cuando las mujeres regresaban de su permiso de maternidad, los empleadores creían que eran menos eficientes debido a sus nuevas responsabilidades, bajo esta justificación, las mujeres no eran asignadas en posiciones de liderazgo, no se les ofrecían promociones ni aumentos salariales.
A pesar de que el fenómeno “mommy track” ha sido combatido gracias a la creación de leyes que permiten que ambos padres se ausenten de su lugar de trabajo durante el tiempo posterior al nacimiento o adopción de su hijo, el “techo de cristal” continúa existiendo en los sectores laborales de las diversas sociedades.
“El problema que se presenta ahora es el de romper estereotipos y prejuicios con los que se califica a las mujeres, ya que con el lenguaje cotidiano se les etiqueta con adjetivos o roles a los que se les somete y a veces, ni las propias mujeres lo cuestionan”
En el estudio Women in the Workplace 2018 conducido por McKinsey y leanin.org, se encontró que a pesar de que en los últimos 30 años las mujeres han obtenido mayor número de titulaciones que los hombres, es menos probable que encuentren un trabajo y una vez que entran al campo laboral a pesar de que piden promociones, negocian mejores salarios con la misma frecuencia que los hombres y trabajan para sus empresas el mismo tiempo que los hombres; continúan siendo minoría.
Actualmente, las mujeres continúan luchando para “romper el techo de cristal”, frase que fue acuñada durante la campaña de Hillary Clinton, quien fue la primera mujer en ser candidata a la presidencia de los Estados Unidos y que buscaba romper el techo de vidrio “más alto y duro” con su triunfo.
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