Por qué celebrar pequeñas victorias puede ayudarte a sentirte más motivad@
Cuenta cada logro, por pequeño que sea, y pronto reconocerás cómo se suman a cosas más grandes
Las pequeñas victorias en la vida son grandes motivadores. Aprender a reconocer los pequeños triunfos por lo que son es un beneficio que también puede ayudarnos a superar la frustración, los contratiempos y la decepción.
Ya sea grande o pequeño, una victoria siempre marca un logro. Un logro siempre requiere algo de esfuerzo y rara vez ocurre cuando estamos desplomad@s en el sofá. Esto puede haber implicado hacer una llamada telefónica complicada, esforzarnos físicamente, incluso hacer algo que realmente no queríamos hacer. Una victoria también es una recompensa que podría ser un premio tangible, pero muy a menudo es ese pequeño sentido de orgullo, triunfo personal o placer obtenido a través de lo que hemos logrado, por pequeño que sea, y eso es algo para celebrar.
La otra cosa interesante acerca de las pequeñas ganancias es que a veces pueden ser tan pequeñas que podríamos perder el valor que confieren a nuestras vidas. A veces perdemos de vista cómo encaja cada victoria y cómo contribuye a una imagen más amplia; y a veces solo los reconocemos en retrospectiva. Pero dondequiera que avancemos, seguramente habrá habido al menos una o dos pequeñas victorias en el camino.
Es muy fácil sentirse abrumado por un proyecto grande, por ejemplo, ya sea limpiar una habitación de basura, escribir un informe de 5,000 palabras o solicitar una plaza en la universidad. Sentirse abrumado puede ser una gran barrera para nuestra confianza, pero con cada pequeña victoria esto puede crecer. Muchas grandes mentes, desde Plinio el Viejo hasta Nelson Mandela, han conjeturado que siempre parece imposible hasta que se hace. Y cuando miramos hacia atrás en experiencias pasadas, podemos ver cómo esto funcionó para nosotros, lo que ayuda a desarrollar la confianza en nosotros mismos. Esto, a su vez, puede ayudarnos a sentirnos seguros de que cada pequeña victoria no solo tiene valor en sí misma, sino que puede contribuir a un mayor éxito.
La belleza de una pequeña victoria es que, de hecho, produce su propia recompensa tangible. Y en previsión de esa recompensa, nuestros cerebros liberan la hormona dopamina para sentirse bien, la cual, a su vez, estimula nuestra motivación para hacerlo de nuevo. La liberación de dopamina crea un placer en cada pequeña victoria que realmente nos motiva aún más, manteniéndonos en el camino para que podamos completar la tarea más grande. A veces hacemos esto de forma inconsciente, pero también es algo que podemos hacer de forma consciente. Hay un gran beneficio al comenzar su día de trabajo abordando esas pequeñas tareas que ayudan a despejar las mantas o lo preparan para concentrarse en una más grande y que requiere más tiempo.
El otro beneficio de este ciclo de recompensa / motivación de pequeñas ganancias es que crea un hábito, por lo que incluso las tareas menos favorables se convierten en una pequeña ganancia en sí mismas. Esta es la clave para adquirir el hábito de concentrarse en la tarea y rechazar la procrastinación, y rápidamente esos pequeños logros se vuelven mucho más efectivos de lo que parecen a primera vista. Incluso el hábito de pasar un momento o dos por la mañana simplemente ordenando el edredón y rellenando la almohada te otorga la pequeña ganancia de una cama ordenada y acogedora al final del día.
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