ELOGIO AL ABURRIMIENTO
Por qué el aburrimiento es bueno para ti y podría hacerte más creativo
Al darle la bienvenida al aburrimiento como el tiempo de inactividad que todos necesitamos, podría convertirse en tu próximo gran motivador.
Todos lo hemos experimentado, esa vez que nos quedamos atrapados en un evento social con alguien que hablaba interminablemente de sí mismos; o cuando esperamos durante años en el control de pasaportes después de un tedioso vuelo de ocho horas; o te sentaste a escuchar una conferencia, deseando que terminara ...
¿Qué tiene el aburrimiento que nos reduce a montones de cansancio e irritabilidad? De todos los estados mentales que existen, el aburrimiento es quizás el más intrigante. ¿Qué es, por qué ocurre y, quizás lo más curioso de todo, tiene algún propósito? En el mundo bastante implacable de hoy, la posibilidad de aburrirse alguna vez puede parecer remota.
La idea de que el aburrimiento tiene sus beneficios no se nos puede escapar, pero se necesita un poco de comprensión. Se dice que se divide en dos categorías, el aburrimiento puede ser situacional o repetitivo. El aburrimiento situacional describe esas ocasiones en las que se nos impone andar sin nada que hacer: esperar un autobús, por ejemplo (por eso siempre hay que llevar un buen libro en el bolso). El aburrimiento repetitivo ocurre por hacer la misma tarea una y otra vez. Esto puede incluso incluir actividades que alguna vez disfrutamos, pero que ahora, meses o años después, se empaña.
El aburrimiento puede surgir por falta de compromiso, lo que también puede ocurrir cuando estamos agotados, deprimidos o ansiosos. Cuando esto sucede, es importante verlo por lo que es y tomar medidas para abordar cualquier problema subyacente que pueda estar contribuyendo a nuestro bajo estado de ánimo y hastío.
Y a veces nos aburrimos porque hemos desarrollado una necesidad de gratificación instantánea, parte de nuestra mentalidad de "hazlo ahora / tómalo ahora". ¿Cuánto tiempo se dedica a desplazarse por Instagram en un intento inútil de evitar el aburrimiento por distracción? Tal vez sería mejor aceptar que estamos aburridos y luego encontrar algo con lo que valga la pena comprometernos.
¿Cuál es el propósito del aburrimiento?
Aunque el aburrimiento a menudo se ve de manera negativa, ya sabes el proverbio, "el diablo encuentra trabajo para las manos ociosas", verlo como un tiempo de descanso útil, que nos da la oportunidad de aclarar la mente, puede ser útil. Se puede utilizar como tiempo para reflexionar, considerar, rechazar y reconsiderar ideas y posibilidades. Así que no luches contra eso. Cuando llegue el aburrimiento, da la bienvenida al tiempo de inactividad, sucumbir a él y ver lo que produce. Al igual que soñar despierto, que según las investigaciones es un estado activo de la función cerebral, el aburrimiento podría ser su próximo gran motivador.
Parecería, también, como si el aburrimiento fuera algo temible. Ciertamente, es cierto que si nuestros hijos nos dicen que están aburridos, puede parecer un fracaso de la crianza o una alerta roja de que podrían encontrar alguna actividad emocionante y potencialmente peligrosa para compensar. Pero mantenerse incansablemente ocupado para evitar travesuras puede ser contraproducente. Sin la experiencia del aburrimiento, los niños no pueden desarrollar la imaginación ni aprender la automotivación para abordarlo.
El aburrimiento es en realidad una etapa importante y necesaria del desarrollo intelectual. Albert Einstein buscó deliberadamente una ocupación aburrida, un trabajo de escritorio en una oficina de patentes, para permitirle a su cerebro el tiempo y el espacio para generar grandes ideas. Einstein llamó a esto aburrimiento creativo, cuando dejaba su cerebro inactivo en una zona tranquila y luego podía dar rienda suelta a su incansable curiosidad.
Puede ser que generar curiosidad nos salve del aburrimiento: curiosidad por el cómo, el qué, el por qué y el cuándo de la vida. Quizás deberíamos ver el aburrimiento como el estado de transición que es: una pausa bienvenida; una oportunidad para la reflexión; un momento para recoger y reenfocar nuestros pensamientos; ni más ni menos que eso, y ciertamente no es algo contra lo que siempre haya que luchar.
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