EL EFECTO PIGMALIÓN Y EL DESEMPEÑO DE LAS PERSONAS
El efecto Pigmalión
La idea de que las expectativas que tiene una persona respecto a otra puede influír en la conducta de esta última tiene sus raíces en una antigua leyenda.
De acuerdo con la mitología griega, Pigmalión era rey de Chipre y a su vez un excelente escultor. Cuenta la leyenda que en una ocasión tomó un bloque de piedra y comenzó a esculpir a la mujer de sus sueños.
Poco a poco y con esfuerzo e intención manfiesta de lograr una bella dama pulió los bordes, limó imperfecciones, mejoró lo inmejorable y obtuvo lo que tanto ansiaba: la mujer de su vida, la cual nombró Galatea.
Se percató de que la estatua era más hermosa que todas las mujeres de la tierra y que sería imposible enamorarse de otra que no fuera su amada Galatea. Fue entonces cuando comenzó a pedirle a los dioses que le diera vida a su preciosa escultura. Afrodita, al ver tanto amor, atendió sus deseos e infundió vida a Galatea.
Aquí terminamos con la leyenda y entramos en el meollo de la cuestión:
- ¿Cuánta fe ponemos en nuestros proyectos y metas?
- ¿Conformamos un país de optimistas y confiados en lograr el éxito?
Lamentablemente, la respuesta no puede ser positiva, debido a que nuestra cultura tiende a lo negativo y al conformismo.
Esta actitud se manifiesta en todo ámbito, desde lo doméstico hasta lo político, pasando por lo deportivo, por lo económico, los estudios, etc. Si se encuentran dos o tres personas en la calle: ¿cuál es el tema de conversación?. Sea cual sea el tema, abordará tópicos negativos. Y si se integra otra persona a la conversación, una vez enterada de su contenido, lo más seguro es que aportará una desgracia aún mayor que las expuestas.
Lo anterior nos invita a una reflexión inmediata: ¿Nos conviene esta actitud a cada uno de nosotros? Es obvio que no. Todavía más, una actitud mental negativa nos enferma, nos intoxica, nos paraliza, nos degrada. Por lo contrario, se ha comprobado experimentalmente que las actitudes positivas generan secreciones hormonales de beneficios fisio y psicológicos.
A esto se refiere el efecto Pigmalión: aún las metas más inalcanzables pueden llegar a ser una feliz realidad, si así nos lo proponemos en nuestra mente con mucha fe y confianza.
Vale la pena, entonces preguntarse:
- ¿Qué tipo de vida deseo para mí y los míos?
- ¿En qué tipo de país deseo vivir?
Seguro que nadie desea conscientemente la infelicidad personal ni el estancamiento de su país.
El problema es que todos los esquemas mentales negativos a los que he hecho mención se enuentran en nuestro subconsciente y nos impulsan a actuar irreflexivamente e, incluso, en perjuicio nuestro y de los que nos rodean. Nadie quiere ser injusto, sin embargo lo somos hasta con nuestros seres queridos. Cometemos muchos errores, pero sólo los percibimos en los demás.
Lo que sucede es que nos han educado para mirar hacia fuera. Por eso somos muy críticos, pero de los demás solamente. "Trátame como a un empleado de tercera y me comportaré como un empleado de tercera", trátame como a un empleado de primera y me comportaré como un empleado de primera o por lo menos daré lo mejor de mí en forma honesta". El principio Pigmalión, efecto Pigmalión o Ley del Espejo reza: " los seres se comportan de la forma en la cual tú esperas que ellos se comporten, o todo ser humano responde a las expectativas que tengas de él".
El desempeño de las personas no depende exclusivamente de las expectativas que otros tengan de ella. En la mayoría de los casos, las expectativas que una persona tieme sobre sí misma, de, determinan los logros que alcanza. Así, si la persona tiene alas expectativas sobre sí misma, su esfuerzo será alto y obtendrá grandes logros, una persona con expectativas bajas sobre sí misma se esfuerza poco, y sus logros obtenidos son bajos. Esto es lo que se conoce como el Efecto Galatea. El Efecto Pigmalión y el Efecto Galatea interactúan permanentemente.
El efecto Pigmalión invita a centrarnos en las cosas positivas del otro, a destacarlas, a exaltarlas, sacar a flote las que están escondidas, a darles mayor importancia, pero claro, las fallas, los desaciertos también habrán de tenerse en cuenta, con una óptica nueva, actual, con la postura de las personas de hoy, que sabe que la exploración del conocimiento encierra riesgos.
Así, de esta manera simple, sin mirar las debilidades del otro y concentrando nuestra atención en sus fortalezas y potencial es como lograremos que los colaboradores den lo mejor de sí, se involucren en el proceso y promuevan el desarrollo del país.
Esta nueva postura rendirá frutos, se respirará un aire nuevo en el entorno, dispondrá a la gente para interactuar de manera cálida y relajada frente a los demás, la camaradería será vivencia diaria y no conceptos caducos, en forma gradual esto se verá reflejado tanto en el balance social como en el económico.
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