COMO LIDIAR CON LAS FRUSTRACIONES DE LA VIDA Y CAMBIAR TU FORMA DE PENSAR

Cómo lidiar con las frustraciones de la vida y cambiar tu forma de pensar

Reconocer lo que podemos y no podemos cambiar es el primer paso para luchar contra la frustración que tod@s podemos sentir en ocasiones.

Atrapad@s en el trafico. Constantes interrupciones. Retenid@s en cajas de supermercado lentas. Nuestros días pueden estar llenos de frustraciones menores que solo parecen aumentar el estrés. Comprender por qué ocurre la frustración y cuáles pueden ser nuestros desencadenantes personales puede ser útil para ayudarnos a superarla.

La frustración ocurre en ese punto en el que no obtenemos lo que queremos, o en el que se nos niega la posibilidad de hacer algo que queremos, o necesitamos, hacer. Aprender a manejar la frustración es importante para que no se vuelva abrumador. Todo esto es demasiado evidente cuando vemos a un niño pequeño cansado o hambriento mostrar su frustración al no conseguir lo que quiere. Los sentimientos son los mismos, la única diferencia es que hemos aprendido a reconocerlos y regularlos mejor.

La buena noticia es que la frustración no siempre es algo malo e incluso puede ser un estímulo para la motivación, proporcionando un empujón para hacer cambios y una oportunidad para observar más de cerca lo que, exactamente, nos hace sentir de esta manera. ¿Estamos resistiendo algo que podría ser clave para nuestro bienestar? ¿Qué me dice mi frustración? ¿Con qué estoy luchando?

Incluso podemos llegar a un momento de 'ajá'. Y si podemos simplemente presionar la pausa en este punto y comprometernos con el sentimiento de frustración, podría revelar su causa raíz y brindar respuestas útiles. Por ejemplo, si te sientes frustrad@ porque no está progresando en el trabajo, tal vez la respuesta sea ganar más experiencia o, de manera más radical, tal vez sea el momento de cambiar de trabajo. Aquí, la frustración puede impulsarnos a tomar las medidas que podrían resultar en un cambio positivo.

Algunas cosas, sin embargo, simplemente no las podemos cambiar. Entonces tenemos que tener la mente lo suficientemente abierta para aceptar que una diferencia de opinión, o incluso la forma en que apilamos el lavavajillas. Y a veces las personas son simplemente irreflexivas o distraídas en lugar de malas, y podemos optar por no involucrarnos con eso en lugar de sentirnos frustrados por ello. Uno de los mejores consejos que nos pueden dar  es preguntarse: '¿Quiero tener razón o quiero ser feliz?' porque insistir en tener la razón a veces puede ser muy frustrante, y hay que aprender  a morderse la lengua y dejar pasar las pequeñas cosas.

Siempre es útil intentar dar un paso atrás cuando nos sentimos frustrados, contar hasta 10 y simplemente tomarnos un momento para evaluar con un poco más de desapego, casi como un extraño, qué es exactamente lo que nos frustra. Esto también puede permitirnos el espacio para distinguir entre las cosas que queremos y las que necesitamos y ayudarnos a aceptar lo que podemos cambiar y lo que no, al tomarnos un momento para apreciar la diferencia entre los dos.