ESTRATEGIAS DE IMAGEN PARA DEFENDER NUESTRAS IDEAS

APARIENCIA Y ARREGLO PERSONAL DE ACUERDO A LA SITUACIÓN

 

Cualquier idea que quieras defender contará con un apoyo importante si la sostienes con una apariencia personal impecable.

Si deseas que te presten atención, considera cual será el entorno donde te vas a mover, quien o quienes serán las personas que van a escucharte.

  • Serenidad
Hay que procurar siempre adoptar una postura que muestre confianza y seguridad. Aunque realmente tengamos dudas o ansiedad, intenta que tu rostro y actitud personal no lo reflejen.

Camina derecho, nuévete con calma y siéntate en una postura erguida. Si la ocasión lo requiere, es de gran utilidad ensayar delante de un espejo; este tipo de ejercicio es muy practicado por personas que acostumbran a realizar apariciones públicas.


  • Acostumbrate a mirar a la gente a la gente cuando habla
Pocos detalles son más influyentes que este. La gente percibe sinceridad cuado hay contacto visual. Quien no tiene nada que ocultar no teme mirar a los ojos.

La persona segura y firme mantiene una actitud confiada mirando al frente cuando habla. Si hay varios presentes en la reunión, detén al azar unos instantes su mirada en cada una de estas personas.

 

Si estás contestando a una determinada persona, mírale centrando tu vista en la zona del entrecejo, obteniendo un efecto persuasivo y poderoso. Hay que tener en cuenta que no se trata de una recriminatoria ni amenazadora.

  • Gana respeto mostrándote amigable
Un comentario amigable antes de cualquier debate o incluso antes de presentar una queja, demostrará que eres una persona educada que quiere mantener un nivel respetuoso en la conversación o encuentro verbal.

Si hay varias personas presentes, hay que procurar saludar a todos o a la mayoría de esas personas y hacer alguna referencia ajena al motivo del encuentro, que permita distender el tono inicial de la reunión. Hay que procurar contar anécdotas largas o chistes por el efecto contraproducente que pueden tener. 


  • Capacidad de expresión, velocidad, entonación y dicción 
Adapta siempre el vocabulario al entorno en el que te mueves. No olvides que si quieres que te respeten y comprendan debes comunicarte de manera comprensible. Es muy diferente razonar con un niño de cinco años que tratar con un grupo de ejecutivos en una reunión de negocios.

Se han realizado estudios que muestran que una persona o personas se sienten más proclives a escuchar con atención y respetar a otros cuado quien les habla utiliza palabras que sean relativamente superior a su nivel de instrucción. Las personas de educación intermedia aceptan mejor el mensaje de los que hablan con un nivel universitario y éstos, se sienten más dispuestos a oír a quienes están a su nivel o ligeramente por debajo.

Si quieres conseguir que los presentes se pongan de tu lado (por ej. en un debate), emplea de vez en cuando alguna expresión que esas personas suelan repetir con cierta frecuencia; tampoco hay que abusar de este recurso, quedaría evidente su estrategia.

Es mejor reducir la velocidad de pronunciación cuando se vaya a decir una frase significativa, o si se quiere mostrar especial respeto algo que se va a comentar. Por el contrario, es mejor aumentar la velocidad cuando los datos sean menos importantes.


La entonación debe realizarse con energía pero sin elevar la voz demasiado; si pronuncias adecuadamente te darás cuenta de que no es necesario hablar más alto para que los demás te entiendan a la perfección. Pronunciar adecuadamente significa hacerlo dentro de los límites de la correción, pero sin que las palabras salgan de su boca de su forma artificiosa ni extravagante, como si uno fuera un personaje de la farándula televisiva.

  •  FRASES PARA GANAR TIEMPO
A veces cuando discutimos o tratamos algún asunto, pueden sorprendernos con una frase o con un argumento que no esperábamos en absoluto. Responder a una "andanada", puede requerir un lapso de tiempo mínimo para recuperarnos con una contrapartida.

Para lograr ese tiempo, es imortante interiorizar una serie de frases hechas que nos ayudarán en situaciones límite. Veamos algunas:

1.¿Cómo dice?. El mejor efecto se produce si al tiempo que las pronuncias pones una cara seria, entre un gesto de menosprecio y no creer lo que acaba de escuchar.
2. Vamos a ver: No se si te he entendido bien. Dice que...ahora repites lo que la otra persona dijo. Se puede repetir literalmente las palabras o tergiversalas deliberadamente. En el primer caso ganará tiempo y en el segundo, además podrá hacer que la persona tenga que volver a aclarar (lo que significa más tiempo).

 
3. ¿A dónde quiere llegar con eso?. Esta expresión solo debe emplearse si nuestro interlocutor ha utilizado un ejemplo que puede tener más de una lectura, aunque nosotros tengamos el significado correcto.
4. Un momento, un momento...no perdamos la calma (no perdamos el tema central de esta conversación, no perdamos los nervios)...estamos hablando sobre (pon aquí el tema) y usted me sale ahora con (coloque aquí lo que hemos dicho literalmente o tergiversado).

Hay que tener precaución al usar esas frases, emplearlas sólo como último recurso. Estas frases distractorias, sólo son útiles cuando se recurre a ellas como máximo una o dos veces dentro de la misma conversación Si se abusa de ellas, quedará clara la estrategia y verá perjudicado su objetivo.

 
 

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