HABITOS QUE SABOTEAN TU EQUILIBRIO EMOCIONAL
"Tomarse la vida demasiado en serio y molestarse por todo es como intentar mantener un gran balón de playa debajo del agua"
La vida se encarga por sí misma de ponernos ante situaciones que generan
tristeza y dolor, como la pérdida de una persona amada o los problemas
económicos. No podemos evitar esas condiciones y es normal que nuestro
equilibrio emocional se vea afectado, al menos hasta que logremos
recomponer los pedazos rotos. Sin embargo, las pequeñas decisiones que tomamos cada día tienen un Efecto Mariposa
y también afectan nuestro estado de ánimo, mucho más de lo que
suponemos. Nuestros hábitos cotidianos nos pueden hacer más felices o
sabotearnos y hacer que nos sintamos frustrados, irritables o vacíos. La
buena noticia es que ser conscientes de estos hábitos es el primer paso
para deshacerse de ellos.
** Caminar con los hombros caídos y arrastrando los pies
Nuestro cerebro se retroalimenta constantemente de las sensaciones que
recibe a través del cuerpo. Esto significa que las posturas y los
gestos que hacemos sirven como indicadores de cómo nos sentimos y pueden
reforzar un estado de ánimo. Un estudio realizado en la Witten Herdecke
University reveló que cuando las personas caminan encorvadas, con los hombros caídos, arrastrando los pies
y con movimientos mínimos de los brazos, su humor empeora. El problema
es que esta forma de caminar se relaciona con la desesperanza y la
depresión, por lo que activa recuerdos negativos y preocupaciones. La
buena noticia es que en ese mismo experimento se apreció que cuando
caminamos más erguidos y moviendo más los brazos, nuestro estado de
ánimo mejora casi instantáneamente.
** Fotografiar todo lo que encontramos a nuestro paso
Con la llegada de las cámaras digitales hemos dejado de ver el mundo
con nuestros ojos y lo hacemos a través del objetivo. Sin embargo, esa
tendencia a fotografiarlo todo puede pasar factura a tu estado de ánimo.
Así lo confirmó un estudio muy curioso realizado en la Fairfield
University en el que les pidieron a los participantes que recorrieran un
museo, algunos solo podían observar, a otros les permitieron tomar
todas las fotos que quisieran. Al final del recorrido, las personas que
tomaron fotos tenían grandes dificultades para recordar los objetos que
habían fotografiado. En la vida real esto nos indica que podrían estar perdiéndose los pequeños detalles que hacen cada momento único y especial. La lente de la cámara es como un velo que oscurece nuestras
experiencias. Por tanto, intenta focalizarte en el mundo y en lo que
sientes, serás mucho más feliz.
** Procrastinar continuamente
No hay nada más agotador que el peso de las tareas incompletas.
Recordar una y otra vez esas tareas simplemente es desgastante y nos
pasa una enorme factura emocional. Un estudio realizado en la Case
Western Reserve University demostró que aunque en un primer momento la
procrastinación nos libra del estrés y la ansiedad que generan las
tareas que deseamos evitar, a la larga aumenta considerablemente el
nivel de tensión, disminuye nuestra eficacia e incluso debilita nuestro
sistema inmunitario, haciendo que seamos más propensos a enfermar. Otro
estudio realizado en la Carleton University desveló que la sensación de
culpa y vergüenza que genera la procrastinación impide que disfrutemos
de otras actividades, por lo que termina haciéndonos sentir muy mal. La
solución es muy sencilla: no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
** No estar solo
Pasar tiempo de calidad con los amigos y la familia es importante, el contacto cara a cara es fundamental para prevenir la depresión y ser más felices. Sin embargo, no encontrar tiempo para uno mismo también puede pasarnos una elevada factura emocional. Un curioso estudio realizado en la McDonough School of Business reveló que las personas suelen sobrevalorar cuán bien se sentirán en compañía de los demás, para descubrir que en realidad pueden disfrutar mucho haciendo algunas cosas solos. En muchas ocasiones nos limitamos y no hacemos cosas que nos harían felices solo porque no tenemos compañía y nos asusta lo que puedan pensar de nosotros, que podrían tacharnos de "raros" o "solitarios". Sin embargo, pasar tiempo con uno mismo es profundamente liberador y le hace mucho bien a nuestro equilibrio emocional.
**Estar pendiente continuamente del móvil
¿Cuándo fue la última vez que estuviste todo un día sin el móvil? Si no lo recuerdas, es una mala señal. Estar pendiente continuamente del móvil genera una gran dosis de tensión y estrés, aunque no siempre somos conscientes de ello. De hecho, las llamadas y mensajes entrantes terminan provocando una sobre-estimulación que afecta nuestra atención y memoria. Cuando sientes que tu móvil vibra o suena, pero realmente no lo está haciendo, significa que tienes esa preocupación continuamente en tu mente, es un foco activo en tu cerebro. Y eso no te ayuda a relajarte. Además, según un reciente estudio realizado en la Northwestern University Feinberg, mientras más tiempo pasamos usando el móvil, mayores serán las probabilidades de sufrir depresión. De hecho, las personas con depresión triplicaban el tiempo de uso de su móvil, aproximadamente 68 minutos al día. La solución es sencilla: planifica un "sabbat (descanso) electrónico" una vez a la semana o al menos medio día.
** Practicar la multitarea
Todos, en algún momento, hemos sido culpables del pecado de la multitarea. Sin embargo, cuando hacemos de ésta un hábito, podemos autosabotearnos. Contrario a la creencia popular, la multitarea no ahorra tiempo. Un estudio realizado en la Universidad de Utah reveló que los conductores tardan más en llegar a sus destinos cuando usan sus móviles mientras conducen. De hecho, se estima que la multitarea reduce nuestra productividad en un 40%. Sin embargo, lo peor de todo es el saldo emocional que nos deja. Una investigación realizada en la Universidad de California midió la frecuencia cardíaca de los trabajadores mientras trabajaban tranquilamente o cuando eran interrumpidos por correos y llamadas que les obligaban a estar permanentemente alertas. Se pudo apreciar que la multitarea disparaba el estrés y el ritmo cardíaco, lo cual puede tener severas consecuencias para nuestra salud a largo plazo. Por tanto, es mejor hacer solo una cosa a la vez, y focalizarse en esa actividad hasta pasar a la siguiente.
** Tomarse la vida demasiado en serio
Hay personas que se enfadan por todo, que siempre están dispuestas a
atacar y a quejarse. Es normal que ante determinadas
circunstancias nos enfademos e irritemos, pero si eso se convierte en
nuestro estilo de afrontamiento permanente, tendremos un gran problema.
Tomarse la vida demasiado en serio y molestarse por todo es como
intentar mantener un gran balón de playa debajo del agua. Tenemos que
hacer un gran esfuerzo porque quiere salir continuamente, lo cual nos
hará tensar nuestros músculos e interrumpirá el flujo emocional. Como
resultado, no es extraño que un estudio realizado en la Universidad de
Michigan en el que le dieron seguimiento a 696 personas durante 17 años
haya descubierto que tanto quienes responden con ira como aquellos que
la experimentan pero la reprimen, tienen tres veces más riesgo de morir
de forma temprana. Afortunadamente, la solución es sencilla: ríe más y aprende a enfrentar los problemas con sentido del humor.
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