FASCINACION POR LA MODA. UN PERSONAL SHOPPER (1)
INTRODUCCIÓN
"Cualquier prenda con la que no te sientas cómoda te sentará mal"
Victoria Bellings
"Cualquier prenda con la que no te sientas cómoda te sentará mal"
Victoria Bellings
Todas hemos pasado por eso. Un vestido que en la mano parece fabuloso pero cuando te lo pones, pierde todo su atractivo e incluso se ve mal hecho. Pero ¿y la gloria de un verdadero hallazgo en unas rebajas o en una liquidación, algo que no sólo elegante sino de una confección tan asombrosa que es como tener una obra de arte en las manos?
De hecho en las mejores prendas la confección y la elegancia van de la mano con independencia de lo que hayas pagado por ellas. Tanto se puede tirar el dinero comprando ropa de una mujer desconocida cómo de la más famosa.
Cuando aprendas a reconocer la calidad de la confección y del tejido, sabrás si una prenda cara es elegante o si acabas de encontrar una auténtica ganga en las estanterías de los artículos sin marca. Fíjate en las etiquetas y mira de qué fibra está hecha una prenda ¿Es un tejido artificial, natural o una mezcla de ambos? La ropa sienta mejor si contiene algodón, lana o lino, cuanto más mejor. Los tejidos sintéticos requieren menos cuidados, pero no soportan bien los repetidos lavados a mano y dificultan la transpiración de la piel. Con los naturales, tendrás que lavarlos a mano y plancharlos o llevarlos a la tintorería, pero la prenda será mucho mejor.
Hazles la prueba del tacto. Agarra un trozo de tela y retuércela unos diez segundos. Luego suéltala y alisala un poco con los dedos. Casi todos los tejidos (a excepción del lino) se recuperarán por completo, sin dejar arrugas. Esto significa que la ropa que hagas con ellos parecerá siempre recién puesta, por agitado que haya sido el día.
En la ropa favorecedora, los "retoques" serán casi invisibles. Las pinzas, los pliegues, los entrantes y las hombreras contribuyen a que la prenda siente bien. Pruébate distintas piezas para descubrir qué elementos de la hechura se adaptan mejor a tu cuerpo y a tu estilo personal. Muchas mujeres se quedarían asombradas si supieran que el mejor realce no lo da un prestigioso cirujano plástico sino el sastre de la tienda local. Despues de descubrir la lencería apropiada, tener prendas hechas a medida para tu cuerpo es un secreto que toda mujer bien vestida divulgará.
A veces, un dobladillo un par de centímetros arriba o abajo o que las mangas de la chaqueta acaban donde te hacen sentir cómoda es como un milagro y en ello radica la diferencia entre que te llamen "escultural" o "grandota", "venus de bolsillo" o "pequeña".
La belleza está en los detalles. Las cremalleras, los vivos y cordoncillos que se supone que tienen que ser del mismo color que la tela ¿combinan con ésta? ¿los botones han sido elegidos tanto por la elegancia, como por la calidad? En lo que a los adornos se refiere, puedes sacar ideas de los grandes diseñadores y aplicarlas a prendas más económicas o que tú misma hayas cosido a mano. No hay que ser un virtuoso de la costura, pero un botón lo puede cambiar cualquiera. Busca botones antiguos en los rastros (cómpralos en lotes de seis como mínimo) para añadir elegancia instantánea a un vestido de tienda de ocasión o a una vieja chaqueta que se ve algo raída.
Si visitas las secciones de moda de las librerías o de la biblioteca pública puedes crearte tu propia pasarela mental. Los sitios de Internet sobre moda de otras épocas también te inspirarán. Los orígenes de los estilos de vestir más famosos son fascinantes, por supuesto, pero en todos ellos descubrirás una característica común: los elementos esenciales de la elegancia que han atraído a las mujeres de otros tiempos podrían servir de inspiración en la búsqueda de un estilo propio. La gran belleza francesa Jacqueline de Ribes http://www.itfashion.com/cultura/arte-y-parte/quien-era-jacqueline-de-ribes-la-historia-a-traves-de-las-prendas/ afirmó una vez que "es el estilo lo que te hace distinta" y a veces todo se reduce a un fabuloso alfiler que tú misma te has hecho a partir de una hebilla art que encontraste en un mercadillo.
Para desarrollar un estilo personal propio se necesita imaginación, originalidad, ingenio y un poco de extravagancia. Y de nervio y vitalidad y de dinero, estarás diciendo probablemente. Bueno, si no tienes dinero, éste tampoco te va a sacar del apuro. Hay una anécdota maravillosa (apócrifa, tal vez, pero con sorna) sobre Coco Chanel, de la que se dice que no dejó de su famoso salón de costura a una norteamericana riquísima hasta que ésta le prometió que no se lo pondría todo a la vez.
El dinero es menos importante de lo que crees. Un buen ejemplo de ello es el relato de Gloria Guiness http://www.multimedios.com/deportes/lady-guinness-mujer-mas-elegante.html de sus años en los que su única aspiración era salir adelante: "Cuando era pobre, compraba un trozo de tela de punto; con las tijeras, hacía un agujero en la parte superior, me lo pasaba por la cabeza y me lo ataba con una cinta atractiva y todo el mundo me preguntaba dónde había comprado el modelo. La elegancia está en el cerebro, en el cuerpo y en el alma"
La moda se va tan deprisa como llega, pero el estilo es atemporal. Existen tantas maneras de ser hermosa como mujeres, y así puede comprobarse en los libros de las grandes firmas de costura o de los fotógrafos de moda de las distintas décadas. En su divertido y mordaz relato, "Postcard from the Edge" (Postales desde el filo) Carrie Fisher https://es.wikipedia.org/wiki/Carrie_Fisher nos describe a una mujer a la que todas conocemos bien: "Ella sabía que algún día encontraría la prenda de vestir concreta que haría que su vida funcionara. Quizá no toda su vida, pensó mientras se acostaba, pero al menos los aspectos relacionados con las partes de ésta que tenía que vestir"
Y como en el teatro o en las películas, a veces, convertirse en una estrella en tu vida depende sólo de un cambio de estilo.
En el siguiente post de esta tríada sobre la moda, voy a contaros lo que viene a ser un personal shopper (nuevo yacimiento de empleo) y en que nos puede ayudar en nuestra relación con la moda y en el tercero cómo cuidar y mantener nuestras prendas para que nos duren como nuevas en el armario.
Aunque estos posts están escritos en clave de mujer, valen lo mismo para los hombres.
Hazles la prueba del tacto. Agarra un trozo de tela y retuércela unos diez segundos. Luego suéltala y alisala un poco con los dedos. Casi todos los tejidos (a excepción del lino) se recuperarán por completo, sin dejar arrugas. Esto significa que la ropa que hagas con ellos parecerá siempre recién puesta, por agitado que haya sido el día.
En la ropa favorecedora, los "retoques" serán casi invisibles. Las pinzas, los pliegues, los entrantes y las hombreras contribuyen a que la prenda siente bien. Pruébate distintas piezas para descubrir qué elementos de la hechura se adaptan mejor a tu cuerpo y a tu estilo personal. Muchas mujeres se quedarían asombradas si supieran que el mejor realce no lo da un prestigioso cirujano plástico sino el sastre de la tienda local. Despues de descubrir la lencería apropiada, tener prendas hechas a medida para tu cuerpo es un secreto que toda mujer bien vestida divulgará.
A veces, un dobladillo un par de centímetros arriba o abajo o que las mangas de la chaqueta acaban donde te hacen sentir cómoda es como un milagro y en ello radica la diferencia entre que te llamen "escultural" o "grandota", "venus de bolsillo" o "pequeña".
La belleza está en los detalles. Las cremalleras, los vivos y cordoncillos que se supone que tienen que ser del mismo color que la tela ¿combinan con ésta? ¿los botones han sido elegidos tanto por la elegancia, como por la calidad? En lo que a los adornos se refiere, puedes sacar ideas de los grandes diseñadores y aplicarlas a prendas más económicas o que tú misma hayas cosido a mano. No hay que ser un virtuoso de la costura, pero un botón lo puede cambiar cualquiera. Busca botones antiguos en los rastros (cómpralos en lotes de seis como mínimo) para añadir elegancia instantánea a un vestido de tienda de ocasión o a una vieja chaqueta que se ve algo raída.
Si visitas las secciones de moda de las librerías o de la biblioteca pública puedes crearte tu propia pasarela mental. Los sitios de Internet sobre moda de otras épocas también te inspirarán. Los orígenes de los estilos de vestir más famosos son fascinantes, por supuesto, pero en todos ellos descubrirás una característica común: los elementos esenciales de la elegancia que han atraído a las mujeres de otros tiempos podrían servir de inspiración en la búsqueda de un estilo propio. La gran belleza francesa Jacqueline de Ribes http://www.itfashion.com/cultura/arte-y-parte/quien-era-jacqueline-de-ribes-la-historia-a-traves-de-las-prendas/ afirmó una vez que "es el estilo lo que te hace distinta" y a veces todo se reduce a un fabuloso alfiler que tú misma te has hecho a partir de una hebilla art que encontraste en un mercadillo.
Para desarrollar un estilo personal propio se necesita imaginación, originalidad, ingenio y un poco de extravagancia. Y de nervio y vitalidad y de dinero, estarás diciendo probablemente. Bueno, si no tienes dinero, éste tampoco te va a sacar del apuro. Hay una anécdota maravillosa (apócrifa, tal vez, pero con sorna) sobre Coco Chanel, de la que se dice que no dejó de su famoso salón de costura a una norteamericana riquísima hasta que ésta le prometió que no se lo pondría todo a la vez.
El dinero es menos importante de lo que crees. Un buen ejemplo de ello es el relato de Gloria Guiness http://www.multimedios.com/deportes/lady-guinness-mujer-mas-elegante.html de sus años en los que su única aspiración era salir adelante: "Cuando era pobre, compraba un trozo de tela de punto; con las tijeras, hacía un agujero en la parte superior, me lo pasaba por la cabeza y me lo ataba con una cinta atractiva y todo el mundo me preguntaba dónde había comprado el modelo. La elegancia está en el cerebro, en el cuerpo y en el alma"
La moda se va tan deprisa como llega, pero el estilo es atemporal. Existen tantas maneras de ser hermosa como mujeres, y así puede comprobarse en los libros de las grandes firmas de costura o de los fotógrafos de moda de las distintas décadas. En su divertido y mordaz relato, "Postcard from the Edge" (Postales desde el filo) Carrie Fisher https://es.wikipedia.org/wiki/Carrie_Fisher nos describe a una mujer a la que todas conocemos bien: "Ella sabía que algún día encontraría la prenda de vestir concreta que haría que su vida funcionara. Quizá no toda su vida, pensó mientras se acostaba, pero al menos los aspectos relacionados con las partes de ésta que tenía que vestir"
Y como en el teatro o en las películas, a veces, convertirse en una estrella en tu vida depende sólo de un cambio de estilo.
En el siguiente post de esta tríada sobre la moda, voy a contaros lo que viene a ser un personal shopper (nuevo yacimiento de empleo) y en que nos puede ayudar en nuestra relación con la moda y en el tercero cómo cuidar y mantener nuestras prendas para que nos duren como nuevas en el armario.
Aunque estos posts están escritos en clave de mujer, valen lo mismo para los hombres.
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