FITNESS EMOCIONAL ¡ENTRENA TU MENTE Y ADIOS ESTRÉS!
En un mundo donde vivimos estresados, hacer una pausa para recuperar la
armonía perdida se hace cada vez más necesario. ¿Cómo lograrlo?
Especialistas hablan de la necesidad de no dejarnos llevar por el estrés
y las emociones negativas, focalizándonos para que surjan las positivas
que nos ayudan a vivir mejor.
Acabamos de volver de vacaciones, de retomar la actividad escolar y laboral y de estar nuevamente sometidos física y emocionalmente a las exigencias del día a día. Y esto ya no para hasta las vacaciones de verano. Por ello, no es de extrañar que a poco andar nos sintamos cansados y con
poca energía. ¿Es posible contrarrestar esto? ¿Cómo podemos hacer
nuestro día a día más llevadero?
Para hacer frente a la avalancha de exigencias que enfrenta nuestra
mente, cobra relevancia la necesidad de aprender a entrenarla para no
dejarnos llevar por el estrés y las emociones negativas, y así recuperar
la armonía y la paz perdida. A esto es lo que hoy se llama Fitness Emocional. En un estudio se señalaba que un 30% de las bajas por dolencias físicas y el 40% del
absentismo laboral, se deben al estrés, factor de riesgo, además, para
contraer enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. A ello
se suma que somos un país que damos prioridad a las enfermedades
fisiológicas sobre nuestra salud mental y emocional.
Gestión Emocional
En la actualidad existe una necesidad creciente de manejar adecuadamente nuestras emociones, de manera
de acercarnos a tener una vida plena, tranquila y serena, donde
prevalezcan las emociones positivas. "Sabemos que el cerebro es un
músculo entrenable, por lo tanto, si le damos un entrenamiento con
vivencias positivas, que nos generen emociones positivas, propiciamos la
corteza prefrontal –que es donde se procesan las emociones– y nos
predispondrá a nuevas acciones positivas. Por lo que se trata de ir
teniendo una comprensión fisiológica y cognitiva de nosotros mismos".
Hoy uno de los grandes males es el estrés, y una de las
formas de abordarlo es planificando mis acciones, dándole espacio a lo
que me gusta, me agrada, me genera alegría, etcétera. En la práctica,
"si juntarme con amigos o familia me genera emociones positivas, le
debería dar más espacio a esa actividad en mi vida diaria, lo cual me
ayudará a contrarrestar las exigencias del día a día. Por lo que en todo
este proceso hay una relación entre el conocimiento que se tenga de uno
mismo y la planificación de mis acciones". A su vez, está comprobado que las emociones se contagian, por lo que si me junto con alguien que está pasando por algo bueno y lo cuenta a su entorno, contagiará al resto.
Sin embargo, "las emociones negativas también tienen una función en
nuestra vida. Por ejemplo, el miedo nos permite estar alerta en
situaciones de peligro, pero no es posible vivir con miedo, por ello hay
que saber manejarlo. No se trata de anular las emociones negativas,
sino de gestionarlas para saber controlarlas". De esta manera, el entrenamiento o manejo de nuestras emociones es algo que se recomienda para todos los géneros y edades, ya que "todos tendremos una mejor calidad de vida si gestionamos mejor nuestras emociones. Si como adulto conozco y manejo mis emociones, también se lo sabré traspasar a mis hijos".
Lo nuevo: Mindfullness
La pregunta es, ¿cómo y dónde puedo aprender a manejar mis emociones?
Si buscamos en internet nos encontraremos con una serie de prácticas
orientadas a entrenar nuestra vida emocional de manera de alcanzar esa
paz que tanto anhelamos. El fitness
emocional también se puede aprender dentro de una terapia impartida por
un especialista (psicólogo) o a través de diversas prácticas como
biodanza, yoga de la risa y uno que poco a poco se ha ido dando a conocer: el Mindfullnes. https://es.wikipedia.org/wiki/Mindfulness_(psicolog%C3%ADa)
Se refiere a prácticas y ejercicios que ayudan a cultivar cualidades
que con el tiempo se nos olvida que tenemos. ¿A que se refiere? Dentro
de las prácticas "formales" se encuentra la meditación –que no se debe
confundir con una práctica religiosa–, en la cual la persona se debe
sentar derecho, sintiendo cómo su respiración entra y sale. "De esta
manera logramos observar lo que pasa por nuestra mente, las emociones
que tenemos, sin dejarnos llevar por los pensamientos y distracciones".
Pero también podemos aprender las llamadas prácticas "informales",
esas actividades cotidianas que nos generan emociones positivas y
sensación de bienestar. Esto puede estar dado por comer una fruta que
nos gusta y focalizarnos en los sentidos, en su sabor, color y olor, por
ejemplo.
Las prácticas de Mindfullness ayudan a que las
personas hagan una pausa dentro de sus días y respiren por lo menos un
minuto, con serenidad. "Cuando se es capaz de hacer esta pausa, se
siente calma y tranquilidad y se pueden retormar las actividades, pero
esta vez priorizando lo más relevante de hacer, tanto en el trabajo como
con la familia".
A su vez, realizar este tipo de prácticas ayuda a resolver de mejor
manera los conflictos de pareja, con los hijos y en la familia. A esto
se suma que se han comprobado beneficios físico como disminución del envejecimiento celular, superación de problemas dermatológicos y un mejor dormir.
Como conclusión, el Mindfullness "el entrenamiento
mental se relaciona con no dejarnos llevar por el estrés y especialmente
por las emociones negativas. Cuando se entrena la capacidad de estar
focalizado surgen las emociones positivas. Hay que aprender a hacer una
pausa, bajar las tensiones y vivir mejor".
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