¿COMO INVOLUCRAR A LOS TRABAJADORES EN LOS SISTEMAS DE CALIDAD?
Muchas empresas deben lidiar con la resistencia del personal para aceptar y aplicar estos sistemas
Cuando una organización emprende el camino de la gestión de la calidad,
motivada por contar con un sistema que ordene sus actividades en función
de satisfacer a sus clientes, inicia una curiosa travesía. Los
directivos están seguramente convencidos de que es una decisión
estratégicamente correcta, y que los llevará a buen puerto. Pero en el
camino… aparecen algunas dificultades.
Hay un común denominador: los sistemas terminan instalados, y
muchas veces certificados después de mucho esfuerzo, pero el problema
más importante con el que se debe lidiar entonces, es la resistencia del
personal para aceptar y aplicar esos sistemas. ¿Ocurre esto en tu
organización? ¿Los trabajadores están enemistados con el Sistema?
EL CAMINO DE LA GESTIÓN
Supongamos que Miguel es un alto directivo de la compañía XYZ. En los
últimos años la competencia ha aumentado, se ha puesto más agresiva y
los clientes, más exigentes. Miguel está convencido de que deben
incrementar drásticamente la calidad de su servicio para sobrevivir en
el mediano y largo plazo. Decide, entonces, encarar el proyecto de
Gestionar de la Calidad.
Designa a Alicia como líder de este proyecto, nombrándola Gerente de
Calidad, y contratan a una consultora para que los guíe por el proceso
de certificar una norma internacional de calidad. Éste es el sello que
quieren mostrar a sus clientes, y el que les va a permitir contar con un
sistema para satisfacerlos cada día, y mejorar el servicio de manera
continua e ilimitada.
Inician el camino de desarrollar este sistema, en función de certificar
la norma. Es un camino arduo, cuesta más al principio, hasta que el
personal comprende lo que están haciendo, y se presta a colaborar
tímidamente. El proceso involucra a la dirección, quien debe sentarse
con el consultor a realizar las declaraciones de políticas, objetivos,
declaraciones, etc.
Después de varios meses de trabajar duro, están listos para una primera
auditoría. Se preparan con muchos nervios y ansiedad. El auditor recorre
el sistema instalado, realiza sus observaciones, y se comprometen a
modificar y corregir en base a sus sugerencias. Suceden algunas
instancias más, hasta que… ¡al fin! Se ha aprobado la auditoría de
certificación. Gran celebración, brindis, festejo… ¡Han alcanzado la
meta!
EL OBJETIVO DE LA CALIDAD HA CAMBIADO SU FOCO
Sin embargo, algo parece no estar en su lugar. Es el personal que presta
cada día el servicio. ¿Qué sucedió con ellos? Han colaborado a duras
penas con el proceso, pero sienten que ahora tienen más trabajo, gracias
al sistema. Antes cada uno realizaba su labor como mejor le parecía.
Ahora, tienen que seguir procedimientos que alguien ha escrito y les ha
hecho firmar..No se sienten cómodos con
esta situación, aunque saben que no les queda otra que aceptarla, porque
no hay vuelta atrás.
Pero, ¿cuál era el objetivo de Miguel, por el que inició todo este
proyecto? Hacer frente a la competencia y recuperar su mercado,
mejorando el servicio que brindan a sus clientes, garantizándoles una
alta calidad.
El certificado luce en un cuadro en la pared pero, ¿refleja un cambio
real que los clientes pueden percibir en el servicio que reciben? El
sistema promete dar ese resultado en el largo plazo, sin embargo, la
enemistad de los empleados con él pareciera ser un problema que, si no
lo resuelven, les hará imposible alcanzarlo.
Hemos visto cómo, con el objetivo de mejorar el servicio a los clientes y
recuperar el terreno perdido en manos de la competencia, nos podemos
embarcar en un proyecto que inicia con esa meta, pero va perdiendo el
foco del cliente y se centra sólo en satisfacer al auditor.
Aunque esta situación es bastante común, no por esto debes resignarse a
ella. Es posible encarar un proceso para reencauzar el rumbo, y
conseguir impactar en la satisfacción del cliente, pero para esto se debe reconciliar a los empleados con el sistema.
¿QUE PROBLEMAS TRAE ESTA SITUACIÓN?
Tener un sistema de calidad por un lado, y empleados que lo miran con
recelo por el otro, es un problema que debes resolver si quieres que ese
sistema te sirva para satisfacer a tus clientes, y no sólo para mostrar
un certificado en las paredes de tus oficinas o en tu publicidad.
De nada te sirve ese sello si cuando tus clientes reciben el servicio
quedan igual de insatisfechos que antes de que realizaras este arduo
trabajo que dio como fruto tu certificado. Cuando tus empleados están
enemistados con el sistema, aparecen los siguientes problemas:
- Lo miran como algo que les roba tiempo y energías, y no como una herramienta que puede ayudarlos.
- Cumplen con los requisitos del sistema (llenar planillas, enviar datos, elaborar indicadores) sólo por obligación, sin la seriedad que corresponde, dando por resultado información que no es confiable, porque está viciada en su origen.
- No están comprometidos con el sistema, y por ello nunca recibirás aportes o sugerencias para mejorarlo.
- Realizan sus actividades en paralelo con el sistema, duplicando tareas, lo que aumenta su carga de trabajo y los agobia, alimentando el círculo vicioso de su enemistad con el proceso.
¿COMO CORTAR DE RAIZ CON ESOS PROBLEMAS?
Es comprensible que, en el proceso de construir el sistema y alcanzar la
ansiada certificación, no tengas tiempo de involucrar como debieras a
todo el personal. Entonces, asignas a una persona que se dedicará de
lleno a estas tareas, y garantizará que el proceso llegue a su fin.
Pero, sin darte cuenta, has delegado en esa persona (o en ese
departamento) toda la responsabilidad por la gestión de la calidad. Este
hecho transmite un mensaje implícito al resto de la organización, de
que la gestión de la calidad no es su problema; para eso hay
especialistas.
Este supuesto es el que debes romper para lograr involucrar a toda tu
gente en tu proyecto de gestionar la calidad, y de este modo hacer que
la calidad llegue finalmente al cliente (el objetivo que se había
perdido de foco).
INVOLUCRAR AL PERSONAL: UN PROCESO LENTO, PERO SEGURO
El proceso de involucrar al personal en el sistema es más lento que
construir ese sistema en manos de especialistas, pero es lo único que te
va a garantizar el resultado que buscas: que la calidad se viva, y no
sólo se proclame.
¿COMO INICIAR ESTE PROCESO?
La invitación al personal para participar del sistema debe hacerse
explícita. Hay que tomarse el tiempo de transmitirles el rumbo, sumarlos
y asegurarles que ellos serán los protagonistas. Luego debe seguir un
mensaje coherente y acciones que lo demuestren. Si ellos son los
protagonistas, deben capacitarse para tomar en manos ese sistema. El
especialista debe pasar a un rol de facilitador, y no tendrá siempre la
última palabra. Simplemente pondrá en manos del personal el conocimiento
y las herramientas para que cada uno, en cada equipo, pueda analizar
sus tareas y proponer cambios que mejoren el resultado en función de la
satisfacción del cliente interno o externo.
Un elemento clave en este proceso es el valor que se le da al error.
Garantizar al personal que no será castigado si comete errores en su
intención de mejorar es la llave que abrirá las posibilidades de
participación. Porque el miedo al castigo puede hacer fracasar todos los
buenos intentos.
Finalmente, lo que hará de este proceso un éxito seguro, es el
comprender que se trata de un camino que implica madurar individualmente
y como organización, y estos procesos son lentos. La clave: perseverar
con el mensaje inicial, aprender de los errores, recomenzar con decisión
pero con humildad, y confiar en que esta transformación es lo que
conducirá a la organización a perfeccionarse día a día, con la energía
de toda su gente, quienes prestan el servicio y están en contacto con
los clientes a quienes quieren satisfacer y fidelizar.
El resultado será contar con sistemas vivos, que se practican y sirven a
cada empleado para lograr un desempeño excelente frente a cada cliente.
De este modo, el sistema habrá producido los frutos para los cuales fue
creado, y dejará de ser una estructura estéril y molesta.
Comentarios
Publicar un comentario