EL MUNDO ESTÁ LLENO DE BUENAS INTENCIONES, ¿COMO CONVERTIRLAS EN BUENAS ACCIONES?,






UNA BUENA INTENCIÓN NO ES SUFICIENTE

Ya es hora de ponerte a pensar; no te quedes con la buena intención. Dedica un tiempo todos los días a preguntarte cómo cumplir ese objetivo y encamínate a lograrlo


“Quien quiere hacer algo encuentra un medio; quien no quiere hacer nada encuentra una excusa”.

La innovación y la creatividad son herramientas que se traducen en la capacidad para lograr resultados. ¿Cómo hacerlo? La respuesta a esta pregunta se puede sintetizar a través de 3 objetivos: logramos resultados cuando hacemos cosas distintas, cuando pensamos de modo diferente y cuando queremos hacer las cosas de otra manera.



Inicialmente es fundamental tener una intención creativa, para luego desarrollar el pensamiento y la acción. No es suficiente sólo tener un buen propósito, el desafío es encontrar la motivación para llegar a los hechos
  •  ¿Por qué nos movemos?
  •  ¿Qué es lo que nos motiva?
  •  ¿Qué es lo que nos detiene?
  •  ¿A dónde queremos llegar?

Muchas personas desean obtener grandes logros y cambios positivos en su vida, sin embargo, cuando llega el momento de actuar encuentran la excusa perfecta para justificar su falta de acción: es que no tengo oportunidades, no tengo dinero, no tengo tiempo, eso no es para mí, no tengo las capacidades, etc., cuando en realidad el único recurso que verdaderamente necesitan es un cambio de actitud para pensar que si se puede cumplir cualquier objetivo por difícil que parezca, sumada a la voluntad y esfuerzo para llevarlo a la realidad.



 Como dice un conocido refrán: “no hay cosas imposibles sino personas incapaces”; muchos deseos no dejan de ser más que una intención porque quienes los tienen no utilizan la innovación y creatividad para encontrar la forma de hacerlos realidad.

Las personas exitosas se diferencian de las que no lo son por ese valor agregado que le ponen a las cosas que realizan, pensando siempre más allá y no limitando sus posibilidades, abriendo nuevas puertas cuando otras se cierran, siendo positivos y descartando hasta la última opción para cumplir lo que se proponen. 

El éxito no es un asunto de recursos monetarios, es un tema de actitud, muchos teniéndolo todo nunca salen de su mediocridad por temor a dejar su zona de confort, mientras que otros con muy poco se convierten en ejemplo de superación y progreso porque materializan sus ideas convirtiéndolas en grandes proyectos.


Todos podemos pasar de las intenciones a las acciones, sólo hace falta pensar diferente para querer hacer las cosas de otra manera, de una más productiva. Nadie ha dicho que será fácil pero tampoco que es imposible, depende de cada quien decidir en qué polo se queda: en el de los incapaces o en el de los triunfadores.



LA TECNICA DE LAS PALOMITAS DE MÁÍZ Y LA PROCASTINACIÓN

Si quiere terminar un trabajo difícil, empieza a realizarlo

Muchas veces cuando nos enfrentamos a tareas importantes que son especialmente difíciles o que no nos gustan, tenemos la tendencia a ignorarlas. Es decir, caemos en la procrastinación; preferimos ocuparnos en otras actividades supuestamente igual de relevantes, pero que en realidad no lo son. Por ejemplo, podemos elegir reorganizar la lista de pendientes una y otra vez, o hacer algún pequeño ajuste en el diseño de un proyecto, antes que revisar el presupuesto de gastos. El resultado, frustración y sentimientos negativos, porque en el fondo sentimos que no estamos haciendo lo que deberíamos.



Sin embargo, existe una técnica muy sencilla para derribar esa barrera que nos impide empezar y terminar aquellas labores poco atractivas: la técnica de las palomitas de maíz.



Con seguridad, a todos nos ha pasado que aunque no tengamos hambre, si alguien nos ofrece una palomita de maíz, la aceptamos y la comemos de forma casi automática, después tomamos una segunda, una tercera, y así sucesivamente. 

En un proceso inconsciente, si nos dejan, nos comeremos todas las palomitas hasta terminar la bolsa. Lo único que tuvimos que hacer fue dar el primer paso, tomar la primera palomita y llevarla a la boca.



El mecanismo para iniciar y terminar las tareas funciona de forma muy parecida, pues el principal problema al que nos enfrentamos con las actividades difíciles es dar el primer paso. Una vez vencemos la resistencia inicial, todo se desencadenará automáticamente, casi sin esfuerzo.

Cuando tengamos ante nosotros un trabajo arduo o potencialmente aburrido, propongámonos trabajar en él 5 minutos. Hagamos el compromiso de que si después de este tiempo no queremos seguir adelante, lo abandonaremos y continuaremos con otra cosa. Lo curioso es que en la gran mayoría de ocasiones, esos 5 minutos son todo lo que necesitamos para derribar la barrera que nos impide hacer el trabajo.


 Una vez logremos un poco de concentración, el interés crecerá rápidamente. De esa forma daremos inicio a una especie de reacción en cadena que nos lleve a desarrollar esa actividad durante una hora, o incluso más tiempo, hasta terminarla.

3 fuerzas que intervienen en la procrastinación


Durante la jornada laboral, disponemos de tres factores que se van modificando a lo largo del día: la motivación, lafuerza de voluntad y la inspiración. De la conjugación de las tres depende en buena parte la productividad alcanzada. Analicemos uno a uno cada factor:

Motivación: es esencial para culminar los proyectos y no caer en la procrastinación. Cuando estamos desmotivados aumentan nuestras ganas de buscar una vía de escape para zafarnos de las obligaciones que resultan tediosas. Esta característica es la más volátil y puede verse mermada por cualquier suceso como una respuesta antipática de un compañero, un error inesperado en la computadora, etc.



Fuerza de voluntad: generalmente iniciamos el día cargados de fuerza de voluntad, no obstante, se va desvaneciendo progresivamente a medida que nuestra mente se va fatigando fruto del estrés y el cansancio, por lo tanto, no deben dejarse las decisiones de responsabilidad para el final de la jornada, sino los trabajos más vocacionales (los que fluyen fácilmente). Algunos estudios indican que la fuerza de voluntad puede restablecerse temporalmente tras un aporte de glucosa, es decir, tras comer algo o tomar una bebida dulce.

Inspiración: aparece mejor en la tarde que en la mañana, lo que hace frecuente que personas que tienen un trabajo eminentemente creativo (diseño, escritura, arquitectura, etc.) tengan sus momentos más intensos al final de la tarde o durante la noche.

El siguiente diagrama muestra una posible aplicación de la interacción de estas tres fuerzas repartidas a lo largo de la jornada laboral y el tipo de actividad recomendada para cada fase según las características de las mismas














































































Comentarios

  1. Es lo que me faltaba leer y entender mi pereza cerebral, tengo muchas ideas pero siempre me quedo en medio del camino, gracias por decir las cosas de manera clara, tomaré en cuenta tus apreciaciones, y manos a la obra,

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    1. A todos nos pasa algo parecido. Por eso. aunque me pase a mí lo mismo, escribo los posts. También me cuesta seguir un calendario de edición, pero se que a alguien le puede valer. También he sido docente y aunque me encanta la docencia, también me cuesta encontrar motivación para que mis alumnos se motiven, lo que me da menos pereza es dirigir equipos, la gestión, quince años que se me pasaron volando, Ahora tengo quiero mejorar mi Trabajo Fín del Máster que hice el año pasado y es para junio, pero se que tengo que empezar ya. Y ahora entro más en Linkedin porque hay posts que me inspiran, y en esas estamos, la culpa la tiene el que inventó el concepto "salir de la zona de confort", debería haber un movimiento que tuviera por nombre #me quiero quedar en mi zona de confort. No se lo digas a nadie. Un saludo.

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