LA FELICIDAD ¿DÓNDE ESTÁ?
LA FELICIDAD ¿DONDE ESTÁ?
Ser feliz es una de esas ideas que, en el mejor de los casos, la inmensa mayoría de las personas, sólo logra definir utilizando una de varias vagas e imprecisas expresiones como: ser feliz es tener éxito; es vivir bien; es no hacerle mal a nadie ó ser feliz es no tener problemas.
Es precisamente esta falta de claridad la causante de la infelicidad que muchas personas dicen estar experimentando en sus vidas.
Los sesentas y los setentas fueron la era del amor libre, las manifestaciones en contra de lo establecido, en contra de la guerra, y en general, en contra de todo aquello que no estuviese de acuerdo con nuestras creencias personales . Para muchas personas, felicidad fue sinónimo de rebeldía, protesta y libertad sin fronteras.
Los sesentas y los setentas fueron la era del amor libre, las manifestaciones en contra de lo establecido, en contra de la guerra, y en general, en contra de todo aquello que no estuviese de acuerdo con nuestras creencias personales . Para muchas personas, felicidad fue sinónimo de rebeldía, protesta y libertad sin fronteras.
En los ochenta, se dio un exceso de preocupación inusitada con la moda, con el que dirán, con mantener cierto estatus, con el éxito profesional y las posesiones materiales. Todo esto trajo una efímera felicidad a quienes ponían gran valor en lo material y lo externo.
Los noventa se convirtieron en una época de búsqueda constante por un equilibrio entre lo material y lo espiritual. La buena salud empezó a estar de moda y los gimnasios iniciaron su época de renacimiento y nunca antes la literatura de éxito y auto-ayuda tuvo tanto apogeo.
No obstante, en los setentas la libertad sin fronteras se convirtió en libertinaje para muchas personas que, desencantadas, encontraron refugio en las drogas y la promiscuidad sin medida.
Los ochentas fueron también una época de corrupción y escándalos, de crímenes de cuello blanco, de AIDS, de aumento de la violencia absurda y desmedida a manos de niños y adolescentes.
Y los noventa se convirtieron en una época de profunda reflexión y preocupación sobre la pérdida de valores y principios que garanticen un mejor futuro para las nuevas generaciones.
Ya en el nuevo milenio, sentimos la necesidad de empezar otra era con un nuevo paradigma acerca de lo que verdaderamente nos puede hacer felices, evitando lo que se puede interponer en nuestro camino. Porque lo cierto es que aunque todos profesemos estar buscando la felicidad, pocos sabemos cómo conseguirla, porque no nos hemos tomado el tiempo para definirla claramente.
Ser feliz es una actitud. Cada vez que encaras una nueva empresa, cada vez que afrontas cualquiera de las situaciones que la vida te presenta, cada situación imprevista que encuentras a lo largo del camino te da la oportunidad de responder positivamente o de reaccionar negativamente, y
es precisamente esta respuesta la que determina el grado de felicidad o infelicidad que experimentemos como resultado de este evento.
.Ser feliz es no permitir que el tráfico, la lluvia, el calor, o el frío, o tener que esperar en fila a ser atendido, determine tu estado de ánimo. Ser feliz es hacer lo que amamos y amar lo que hacemos, es tener grandes expectativas de nuestra vida, y esperar siempre lo mejor de las demás personas
Pero, sobre todo, ser feliz es experimentar un equilibrio en nuestras vidas. Es poseer metas que respondan a todas y cada una de las facetas de nuestra vida y asegurarnos que día a día caminemos hacia la realización de dichas metas. Es poseer metas personales, profesionales y familiares, y hacerlas parte de un plan de acción que nos ayude así a mantener un equilibrio en
nuestras vidas.
Por este motivo debemos autoconocernos lo mejor posible mejorando aquello que ya sabemos hacer, potenciando nuestras capacidades y habilidades y aprender conceptos necesarios para llegar hasta donde deseamos, sin que nuestra vida se desequilibre.
Por este motivo debemos autoconocernos lo mejor posible mejorando aquello que ya sabemos hacer, potenciando nuestras capacidades y habilidades y aprender conceptos necesarios para llegar hasta donde deseamos, sin que nuestra vida se desequilibre.
A medida que avanzamos en el siglo XXI, adquirimos una mayor conciencia de la vertiginosa velocidad a la que tenemos que movernos y de las consecuencias que ello trae para nuestra vida personal y profesional.
Las nuevas tecnologías, los grandes avances en el campo de las telecomunicaciones y los alcances de la ciencia van más allá del tiempo que tenemos para ponernos al día en la necesidad de alcanzar una mayor universalidad en nuestros conocimientos.
Hoy en día existen miles de opciones para que todos los seres humanos logren alcanzar un óptimo nivel profesional. Se calcula que la persona promedio se desempeñará en cinco o seis profesiones distintas y que podrá desempeñarse mejor, dada la universalidad de sus conocimientos. Sin embargo, en la actualidad las grandes corporaciones buscan retener a los ejecutivos que cuenten con más experiencia y que posean valores como la motivación, el liderazgo y la visión, por el aporte que brindan a las empresas.
Los intereses del ser humano, a nivel profesional, van desde llevar a cabo los
actividades de su trabajo de la forma más efectiva, hasta materializar objetivos y aquellas metas que le traigan satisfacción en su empresa, trabajo u oficio, tratando siempre de identificar aquellas oportunidades que le permitan desarrollar o adquirir nuevas habilidades profesionales
Nuestro ser profesional es aquella parte de esa gran maquinaria interna llamada mente subconsciente, que en ocasiones parece dominar una gran porción de nuestra vida, haciéndonos ignorar, y hasta olvidar otros aspectos que tienen la misma importancia . De las cenizas de este cambio global debería resurgir un profesional más estructurado y consciente de los demás papeles que debe asumir
.Es fundamental oír a ese ser profesional, pero también hay que dejarle saber que no es el único aspecto de valor que hay en la vida. Es cierto que esta última década estuvo marcada por un exceso de preocupación por las metas profesionales, debido, en parte, a los grandes avances tecnológicos y al incremento en la competitividad empresarial a nivel mundial, también es cierto que esto llevó a muchas empresas a reducir drásticamente su personal,
poniendo a las personas a las situaciones que estamos viviendo actualmente
Vivimos en una era donde la posesión del conocimiento y la información correcta en el momento oportuno, permiten tomar decisiones con rapidez, en forma acertada, y determinan, en gran medida, el éxito personal y profesional. Todos y cada uno de nosotros tienen más control del que cree sobre aquellos aspectos que afectan este campo. Aspectos como:
- Determinar cuál es el campo de acción donde realmente deseamos incursionar profesionalmente y qué actitudes vamos a asumir para lograrlo.
- Desarrollar un programa personal de educación y actualización profesional para que siempre estemos a la vanguardia de lo que acontece en nuestro campo de interés y evitar así convertirnos en profesionales obsoletos
- Evaluar constantemente nuestras metas financieras y determinar cuánto dinero queremos y podemos ganar cada año.
Inicia un plan de acción. No permitas que se quede en buenas intenciones. Finalmente eres tú quien construye tu presente y quien visualiza tu futuro profesional, importante, siendo realistas de lo que sabemos y qué podemos ofrecer al mercado laboral, sin crearnos ensoñaciones que son malas consejeras para empezar
CON QUE CUENTAS Y QUE NECESITAS APRENDER
Tú eres quien eres en este momento, y te encuentras donde te encuentras como resultado de todas tus vivencias, tus hábitos, y las habilidades y conocimientos que has adquirido a lo largo de tu vida. El azar o la suerte pocas veces nos hacen llegar milagrosamente al momento donde nos encontramos.
Todo aquello que forma parte de tu historial personal ha forjado la persona en la cual has podido convertirte. Muchas de esas experiencias han sido positivas y han ayudado a formar tu carácter y a reafianzar tu potencial.
Seguramente, este historial contiene también vivencias o hábitos negativos, que igualmente han contribuido a que te encuentres en tu situación actual.
Todas estas experiencias de una u otra forma son responsables por tus circunstancias presentes.
Muchas personas emplean la mayor parte de su vida culpando a su pasado por la mediocridad de su presente. Otras, deciden romper las cadenas que las atan a un pasado que no ha sido benevolente con ellas, y logran forjarse un futuro mejor, sobreponiéndose a las circunstancias que puedan estar experimentando.
Independientemente de que tus vivencias hayan sacado a relucir el máximo de tu potencial, o que hayan sido contraproducentes en tu vida, lo único cierto es que son gran parte de aquello con lo que cuentas para empezar tu camino hacia el logro de tus sueños. Una parte importante, ya que han forjado la persona que hoy eres. Sin embargo, aún más importante que estas experiencias es la manera como veas tu futuro.
Este paso esencialmente consiste en determinar exactamente dónde te encuentras ahora, con qué cuentas y, más importante aún, qué necesitas aprender para llegar a donde quieres ir. Es fundamental que determines dónde te encuentras actualmente en relación con el lugar al cual deseas llegar.
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