ESCUELA DE PROTOCOLO. PROTOCOLO EN LA EMPRESA 2



PROTOCOLO EN LA EMPRESA. 2ª PARTE

SABER SER Y SABER ESTAR

La autocrítica, la autocorrección, analizar nuestra personalidad e intentar ir educando nuestro comportamiento es una tarea maravillosa a la vez que compleja.

La seguridad en sí mismo es uno de los pilares incuestionables para conseguir el éxito, una persona insegura de sí misma fracasa en sus relaciones con los demás.

La seguridad se demuestra en las conversaciones, a través del dominio del lenguaje, en los gestos, en la mirada, en la forma de saludar y en la manera de sentarse y de caminar.

¿Pero realmente, sabemos como somos? Una de las tareas más complicadas y largas en el tiempo es el del conocimiento del yo. Existen tres niveles de yo diferentes en la misma persona: el que uno cree que es, el que uno es y el que creen los demás que uno es. Lo perfecto sería que los tres coincidieran, pero es muy difícil que esta circunstancia se de.



Lo esencial es que el yo que creemos ser coincida plenamente con el yo que somos. Si somos capaces de conseguir esta situación, el resto será bastante sencillo.

No es fácil conocerse a uno mismo, es una tarea ardua y larga en el tiempo. Cuando coincide el yo que creemos ser con el yo que creen los demás obtendremos un resultado maravilloso: la naturalidad. Fingir lo que no se es, disimular lo que se es y creer lo que no crees proyecta una personalidad poco aconsejable si queremos triunfar en las relaciones con las demás personas.

La simpatía genera simpatía. No se disculpa igual un error a una persona simpática que a otra antipática. Una persona afable inspira más cordialidad y confianza que una persona insociable. El sentido del humor es necesario para distendirse, hay que saber reírse de uno mismo y de los demás sin maldad y,por supuesto, de determinadas situaciones absurdas. La ironía y el sarcasmo no son cualidades.

Por otro lado, no se puede ser patoso ni contar chistes cuando  "no procede":"ser gracioso" es muy difícil. No sea impertinente, si hay algo que le hiere y denota no saber ser es la impertinencia. El saber implica tolerancia, respeto, comprensión y tacto con los demás.
El autocontrol es otra cualidad que no le debe faltar al ejecutivo moderno. Saber controlar las emociones es saber dominar la razón. Enfadarse merma la capacidad de tomar decisiones acertadas, por el contrario, al mantener la cabeza fría se puede reflexionar adecuadamente sobre cualquier asunto.

Saber estar implica ser cortés, tener buenos modelos, ser educado, saber presentarse, saber andar, sentarse, utilizar correctamente los tratamientos. En definitiva saber estar implica una serie de actitudes que sirven de carta de presentación a nuestra personalidad. Voy a citar tres de ellas que se consideran fundamentales:

EL RIGOR:
  • El rigor es una consecuencia del saber ser y del saber estar
  • Cuando se nos encomienda una tarea, primeramente nos enteraremos bien de lo que se trata. Si no comprendemos bien las instrucciones, difícilmente podremos ejecutarlas. Es mejor preguntar que hacerlo mal.
  • Hay que saber afrontar la tarea que se nos encomienda con tranquilidad y confianza, evitando las prisas, aunque esto a veces, y dependiendo del tipo de trabajo que desarrollemos, es muy difícil. Dentro de lo posible, es mejor hacerlo bien, aunque sea rápido y mal.
  • No escatime esfuerzos hasta que no esté completamente seguro de que su trabajo ha finalizado correctamente.
  • Lo bueno no siempre es perfecto. El perfeccionismo no implica rigurosidad.
  • Sea eficaz, resuelva su trabajo bien, de forma acorde con su experiencia y conocimientos.


LA AUTORIDAD
  • Autoridad es la capacidad que tiene una persona para que otros le escuchen y actúen sin necesidad de recurrir a métodos coactivos.
  • Ser cortés no está reñido con ser firme. La firmeza cortés impresiona y convence. La buena educación y el respeto a las personas demuestra comprensión, energía y capacidad de mando
  • Cuando se da una orden hay que hacerlo con educación y firmeza
  • Mando es la capacidad que tiene una persona para tomar decisiones y no avasallar a los subordinados
  • La responsabilidad de las decisiones es siempre de la persona que las ha mandado
  • Las personas que tienen la responsabilidad de mandar tienen que tener autoridad


LA PUNTUALIDAD
  • La puntualidad es síntoma de buena educación, de respeto a las demás personas.
  • No se puede hacer perder el tiempo a los demás por nuestra falta de rigor, eficacia y respeto
  • Hay países como Alemania, en el que la falta de puntualidad es motivo para comenzar mal cualquier tipo de relación o negociación.
  • Si su tiempo es oro, el de los demás también. No se lo haga perder esperando inútilmente.


GLOSARIO
  • Autocorrección: Corregirse y juzgarse a sí mismo
  • Autocrítica: Crítica de una persona sobre sí misma
  • Autoridad: Carácter o representación de una persona por su empleo, mérito o nacimiento
  • Comportamiento: Conducta, manera de portarse
  • Crítica: Arte de juzgar
  • Empatía: Unión de tipo afectivo e intelectual
  • Impertinencia: Dicho o hecho fuera de propósito
  • Personalidad: Conjunto de cualidades que constituyen a las personas
  • Simpatía: Modo de ser y carácter de una persona que la hace agradable o atractiva a los demás.


RECORDATORIO
  • Mantenga y cultive la seguridad en sí mismo a través del dominio del lenguaje, la mirada, el saludo y la forma de sentarse o caminar
  • Busque siempre la coincidencia entre el yo que creemos ser y el yo que somos. Sobre esta base se constituye el saber ser
  • Haga uso del sentido del humor y de la naturalidad. Procure abrir puentes con personas que le rodean.
  • Sea riguroso, el rigor es fruto del saber ser y del saber estar
  • Cultive la autoridad como modo de ejercer la dirección sobre otras personas
  • No se permita a sí mismo ser impuntual


COMPORTAMIENTO EN DIVERSAS ACTIVIDADES

El hombre no se relaciona con los demás de cualquier manera, lo hace porque forma parte grupos de convivencia humana, los integrantes de estos grupos serán los que vayan enseñando a comportarse a los nuevos individuos que integran la sociedad.

Podemos dividir los distintos grupos de convivencia humana en primarios y secundarios. Los primarios son aquellos naturales, en los que el hombre forma como pilares de su propia convivencia, serán básicamente la familia, el colegio y los grupos de amigos de los que nos rodeamos habitualmente. El comportamiento que nos enseñen en estos grupos primarios es el que va a marcar nuestra forma de ser en los grupos secundarios. Estos grupos secundarios serían aquellos donde nos encuadramos de manera interesada y voluntaria, como asociaciones laborales, religiosas o deportivas, sindicatos, agrupaciones políticas, instituciones culturales, etc.

Así pues, la educación cívica es la que nos empeña a comportarnos entre los grupos de convivencia humana siguiendo unas pautas de respeto hacia los demás seres y cumpliendo con nuestros deberes.

Si en otros puntos de este capítulo hemos hecho mención a saludos, presentaciones, tratamientos y puntualidad, nos queda comentar el comportamiento en otras actividades, sobre todo, y ya que nos dirigimos al mundo oficial o empresarial, el comportamiento humanos en actividades laborales.

El trabajo ocupa una parte importante de nuestro tiempo, por lo tanto deberemos procurar que ese tiempo sea lo más agradable posible para nosotros y los que nos rodean. No trabajemos en una ambiente tenso, la crispación es poco propicia para la efectividad de la misión que tengamos encomendada y siempre irá en perjuicio de la imagen de nuestro organismo o empresa e incluso de nosotros personalmente.

Procuremos no ser tiranos con nuestros subordinados ni contestatarios y destemplados si somos empleados. En caso de recibir un trato inadecuado, lo mejor es exponerlo a quién corresponda. No por ser correcto y educado debemos dejarnos comer el terreno por alguien agresivo laboralmente.




Si somos colaboradores personales, miembros del equipo más personal de la dirección, el mejor trato es el que nos evite una familiaridad íntima pero recordando que las secretarias o jefes de gabinete, son personas que conciertan citas, desvían llamadas o reciben a invitados de los que componen los equipos de direccion o gestión. Eso quiere decir, que el trato con estas personas debe ser de lo más favorable posible y que se debe pensar en ellos como lo que son, no como máquinas sin vida privada y no pensar que en que sean servillistas sino profesionales.


Si es una mujer la que ostenta el cargo directivo o la persona de confianza de la Dirección, se debe olvidar su condición de sexo y corresponder con ella como con cualquier otro miembro más de la empresa o institución, aunque podemos seguir siendo corteses, no debemos hostigarla con halagos y parabienes que podamos realizar a cualquier dama en otro tipo de situación social.

También es lógico que entre los miembros de una empresa u organismo se creen amistades que vayan más allá de la propia relación laboral.




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