CAPACES DE RESISTIR Y GANAR
Los profesionales resilientes se sobreponen a todas las dificultades, aprenden de los errores y están dispuestos a reconstruír situaciones en beneficio propio.
Qué importante es para las compañías y para el mundo empresarial contar con profesionales que sean moldeables y flexibles, con capacidad de sobreponerse a las dificultades que se presentan y saben sacar partido de ellas. Personas capaces de sobrevivir a situaciones difíciles, de aguantar bajo presión, de ser proactivas, entusiastas, de no bajar la guardia, de aprender de sus propios errores y de los de los demás. En definitiva, preparados para lo que pueda pasar, para el cambio, para la globalización, para una fusión o adquisición, para la expatriación profesional, para momentos malos y buenos de las compañías. Profesionales que se adaptan al cambio, toman forma y navegan por él, sacándole el máximo partido. Son los que podemos considerar profesionales resilientes.
El término de resiliencia se refiere originalmente en ingeniería a la capacidad de un material para recuperar su forma inicial después de ser sometido a una presión que lo deforma. En Ciencias Sociales se entiende por resiliencia la capacidad de las personas de sobreponerse a sus dificultades y, al mismo tiempo, aprender de sus errores, adaptándose positivamente. Es tan antigua como la propia Humanidad, no obstante el interés científico y en concreto de los psicólogos, es mucho más reciente.
Hay dos elementos que engloba el concepto de resiliencia:
Primero: la resistencia frente al ataque y la capacidad de protegerse, a pesar de la presión, a pesar de las circunstancias adversas y Segundo: la capacidad de reconstruír la situación a pesar de las condiciones adversas Es, en definitiva, el planteamiento oriental de la crisis, como dificultad y oportunidad. En el momento en el que vivimos el concepto de resiliencia tiene una aplicación directa en los Recursos Humanos. ¿Quién no ha estado o está como empleado en un proceso de compra, venta o fusión, o quién, que no sea funcionario (y hoy ni eso), puede asegurar que mantendrá su puesto de trabajo en un futuro próximo?
El devenir económico ha hecho que nada haya más seguro que el propio cambio y que todos estemos sujetos a una incertidumbre laboral que no tiene visos de remitir.
Debemos convertirnos en profesionales resilientes más pronto que tarde. Un resiliente es alguién con el título de patrón de yate de navegación, es quién acepta el cambio y la incertidumbre como base del desarrollo y anuncio de crecimiento y transformación personal y profesional. Son los que logran superarse a pesar del alto riesgo, que mantienen el optimismo bajo las amenazas, que superan el miedo y que se ven capaces de convertir las dificultades en oportunidades de crecimiento.
Los resilientes resisten y ganan por su capacidad de establecer y mantener vínculos afectivos personales y profesionales que les hacen sobreponerse a las adversidades. Tienen un alto sentido del humor, son capaces de reírse de sus propias desgracias y de compararlas con las verdaderas adversidades, y poseen y nutren de forma constante su autoestima.. No siente desconfianza ante los cambios, aunque esté siempre prevenido positivamente ante ellos, busca información y trata de entender lo que pasa, sin culpar a nadie por ello y busca personas positivas en las que apoyarse.
Acaban entendiendo y asumiendo las transformaciones que se producen en el entorno y saben distinguir entre lo que les afecta y no pueden hacer nada por evitarlo y lo que están bajo su control y pueden incidir en ellos (círculos de control y de influencia). Finalmente estos profesionales resilientes son los primeros en identificar los beneficios del cambio y en colaborar en la resolución de los problemas que van apareciendo.
La resiliencia es en definitiva clave para la supervivencia y el éxito profesional. No olvidemos las palabras de Darwin, para el que las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino las que mejor de adaptan a su evolución.
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