APRENDIZAJE, EMPRENDIZAJE E INTELIGENCIA EMOCIONAL
Durante la totalidad de la era moderna, el valor de las personas se ha medido por el rendimiento que producía su trabajo. Ahora que progresivamente el valor del producto hecho por el hombre tiende a ser más insignificante e irrelevante, en un mundo cada vez más automatizado, se deberán explorar nuevas formas de medir el valor de las personas y de las relaciones humanas, especialmente en los procesos de aprendizaje y la iniciativa empresarial.
Desde el principio de los tiempos, las civilizaciones han quedado estructuradas, en gran parte, alrededor del concepto del trabajo. Desde el hombre cazador y recolector del Paleolítico y los agricultores sedentarios del Neolítico hasta el artesano de la Edad Media y el trabajador de cadena de producción, el trabajo ha sido una parte esencial e integral de nuestra existencia cotidiana.
En la actualidad, por primera vez, el trabajo humano está siendo paulativa y sistemáticamente eliminado del proceso de producción. En menos de un siglo, el trabajo masivo en los sectores de consumo quedará probablemente muy reducido en casi todas las naciones industrializadas. Una nueva generación de sofisticadas tecnologías de la información y la comunicación irrumpe en una nueva en una amplia variedad de puestos de trabajo. Las máquinas inteligentes están sustituyendo poco a poco a los seres humanos en todo tipo de tareas, forzando a millones de trabajadores de producción y de administración a formar parte del mundo de los desempleados o, peor aún, a vivir en la miseria (esto nos suena ya en el ámbito de lo cotidiano, aquí estaríamos colocados ahora).
EL SABER COMO RECURSO CLAVE
El saber es ahora el recurso clave, tanto para la fuerza militar de un país como para su potencia económica. Y es un tipo de saber que sólo puede adquirirse por medio de un procedimiento formalizado, es decir, a través de la escuela. El saber como recurso clave difiere de forma fundamental de cualquiera de los demás recursos clave, esto es, de la tierra, de la mano de obra, e incluso del capital. No está sujeto a ningún país, es transnacional, es portátil, puede ser creado en todas partes, de forma rápida y barata. Es, por definición, cambiante.
El saber provoca su propia caducidad en poco tiempo; lo único que es predecible de una ventaja competitiva basada en el saber - tanto si pertenece a un país, a una industria , a una institución o a un individuo- es que esa ventaja creada pronto o tarde será cuestionada y por un absoluto recién llegado. Sólo por esa razón, la adquisición del saber, el aprendizaje no puede detenerse a ninguna edad. "El aprendizaje durante toda la vida"- la nueva expresión de moda- puede ser una hipérbole, ya que un número apreciable de personas deja de estudiar cuando deja de trabajar y se retira, pero el aprendizaje continuado durante toda la vida laboral será una exigencia cada vez mayor para cualquier trabajador del saber (fatigoso ¿NO?)
La escuela ya no puede contentarse con ser un lugar que se encarga de quienes aún no tienen edad de trabajar: tendrá que estar asociada cada vez más a los adultos, además de a las organizaciones que les dan empleo. Y esas organizaciones- empresas y organismos gubernamentales, instituciones no lucrativas del sector social con respecto a sus voluntarios- tendrán que convertirse en forma creciente en asociadas de las escuelas, y al mismo tiempo, en instituciones de enseñanza y aprendizaje ellas mismas. Estamos intentándolo, pero ¿gestionándolo de forma eficaz, aprovechando todos los recursos, con trabajadores de la educación formados y de calidad y marcando claramente los objetivos?)
ENTRAMOS EN UNA ECONOMÍA IMPULSADA POR LA EMOCIÓN
Tanto la extraordinaria investigación de Daniel Goleman y su Consorcio Mundial como la de la organización Gallup, basada en el comportamiento de 10 millones de clientes, 3 millones de empleados y 200.000 directivos, nos lleva a la misma conclusión: hemos entrado de lleno en la economía impulsada por la emoción. En ella, las personas que no sepan aprender continuamente, las que no tengan iniciativa y capacidad "de emprendizaje", y también aquellas que no sepan manejar las emociones propias y ajenas estarán en serias dificultades para prosperar y, en algunos casos, para sobrevivir.
¿POR QUÉ LAS MEJORES ORGANZACIONES SON LAS MEJORES ORGANIZACIONES?
- Logran crecer de forma sostenible y consiguen sólidos beneficios porque hacen algo que no hacen las demás organizaciones: maximizan el talento innato e individual de sus empleados para conectar con sus clientes. Saben que potenciar los recursos del ser humano es el único terreno que queda disponible para llevar a cabo mejoras significativas que conducen a una fuente ilimitada de ventajas competitivas. Ejemplificar de los órganos superiores de la empresa (con los que tienen que estar alineados), formación individualizada y acertada con cada trabajador y mucho trabajo de comunicación interna potenciará este punto.
- Saben como hay que diseñar un camino claro y saber moverse en el laberinto competitivo para mantener las relaciones con sus clientes, no sólo intactas, sino también en crecimiento. Lo hacen relacionándose con sus clientes en el ámbito emocional. La respuesta ha sido tan buena, que estas organizaciones no califican de " fieles" a los clientes que repiten. Hablan de ellos como "emocionalmente involucrados"
- Crean un entorno en el que sus mejores empleados pueden brillar una y otra vez. Estas personas están tan sincronizadas con lo que hacen y son tan eficaces al responder a las necesidades del cliente que aumentan los beneficios y el crecimiento. A estas personas se las califica agradecidamente como "empleados emocionalmente involucrados". La empresa deberá tener un programa de fidelización y retención del talento, ya que se convierte en un cliente, el cliente interno
Cuando los empleados involucrados usan su talento natural, proporcionan una instantánea y constante ventaja competitiva. Crean un nuevo valor: la conexión emocional entre empleado y cliente. Esto es así porque ahora las empresas compiten no sólo con productos, sino también con el buen uso de la gente. A medida que las organizaciones se encogen en sucesivas reducción del personal, las personas que quedan cargan con más flexibilidad y son más visibles. Ahora se vuelven a valora cualidades internas como:
- La iniciativa
- El optimismo
- La adaptabilidad
El panorama educativo y del mundo empresarial requieren, de acuerdo con lo visto desde aquí, cambios importantes. La famosa frase " Cuanto más viejo es usted, más valioso se vuelve" (para el negocio), quizá fuera verdadera en la era industrial, en la que el aprendizaje se hacía bajo el método maestro- aprendiz. Eso valía para los conocimientos técnicos, pero no son válidos en la parte más importante para el trabajador exitoso de hoy en día: que aprende, que se relaciona inteligentemente con sus compañeros, con la dirección y sobre todo con los clientes.
Si observamos el mundo educativo, es difícil no estar de acuerdo con el renombrado Robert KIYOSAKI: " El futuro no le pertenece al niño que abandona la escuela con las mejores calificaciones. Le pertenece al niño que tiene la mejor fórmula ganadora de emprendizaje y las ideas técnicas más novedosas. Antes que aprender cómo presentar pruebas para obtener buenas calificaciones, un niño necesita aprender como aprender y aprender como adaptarse más rápidamente a los compañeros de su clase ¿Por qué?. Porque muchas de las habilidades por las que los empleadores y los negocios pagarán bien en el futuro no se enseñan en la escuela hoy.
Las personas que vivan en la era pot-industrial necesitarán nuevas aptitudes en trs zonas cruciales:
- APRENDIZAJE
- RELACION
- INICIATIVA
MAS ALLÁ DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Las facultades de la inteligencia emocional son hoy sinérgicas con las cognitivas y los trabajadores excelentes poseen ambas. Cuanto más complejo es el trabajo, más importante e la inteligencia emocional, aunque sólo sea porque la deficiencia de estas facultades puede dificultar la pericia técnica y el intelecto que se tenga.
LA INTELIGENCIA EXITOSA
La inteligencia exitosa es la habilidad intencional para adaptarse a diferentes ambientes, moldearlos y seleccionarlos, así como para lograr propósitos propios y de nuestra sociedad y cultura.
Esta propuesta ha sido desaprovechada porque su exponente Robert Stenberg, curiosamente ha excluído la inteligencia emocional en su modelo.
Esta inteligencia implica que un individuo pueda distinguir su patrón de fortalezas y debilidades para después hallar las formas de capitalizar las primeras y corregir o compensar las segundas. Según esto no existe un sólo conjunto de habilidades que hay que medir para caracterizar correctamente la inteligencia exitosa de las personas. La gente, al menos, parcialmente, alcanza el éxito de forma a su idiosincrasia, lo cual implica encontrar cuál es la mejor manera de explotar sus propios patrones de fortalezas y debilidades.
La inteligencia exitosa no puede medirse adecuadamente solo de tipo académico y abstracto, ni puede validarse mediante calificaciones escolares. Para la inteligencia exitosa de prácticamente cualquier persona son relevantes ciertas habilidades:
- LAS CREATIVAS: Necesarias
- LAS ANALÍTICAS: Necesarias para analizar y evaluar las opciones disponibles en la vida
- LAS PRÁCTICAS: Para implementarlas y hacerlas funcionar
Los expertos reconocen que a este modelo triangular de Stenberg le falta la inteligencia emocional, ya reconocida hoy en día como la piedra angular del cociente de éxito.
En este sentido, en una investigación reciente The Organization Development Institute International ha propuesto un nuevo modelo que se basa de dos esferas:
- Esfera Individual:
1. Esfera Cognitiva
2. Esfera emocional
3, Esfera Creativa
4. Inteligencia Práctica
5. Inteligencia financiera
- Esfera Interpersonal
6. Inteligencia organizacional
7. Inteligencia comercial
Este modelo parece responder más a la evidencia empírica basada en el análisis de cientos y cientos de casos de personas que alcanzaron un éxito integral en sus vidas, dando testimonio del enorme potencial que cada uno de nosotros puede desarrollar
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