DEPRES PASCUAS

La Navidad nos coge de improviso. . En realidad la intuimos- por el calendario, la publicidad madrugadora de productos añejos, las miras puestas en unos días de fiesta y otros síntomas varios-, pero para cuando nos hemos dado cuenta..nos ha asaltado ya.

¡Otro año más! Anuncios burbujeantes que se vuelven a repetir. Arboles, calles y farolas iluminados de colores. Escaparates que ofrecen su lado más sobroso. Montones de felicitaciones empeñadas en llegar a tiempo que, incluso, hay que descifrar a veces. 

La población de mendigos callejeros se multiplica en las calles. Los ricos, parecen más ricos, y los pobres, más pobres. Los deseos de paz, prosperidad y amor fraternal se desbordan por todas partes como la espuma del champán ¡Todo el mundo empeñado en ser feliz!

Pero esto es lo que ocurre en la parte iluminada del escenario navideño, Detrás, donde se amontonan las máscaras, entre bambalinas, el espectáculo suele variar. Porque a tenor de los especialistas, estas fechas también se aprovechan para cultivar diversas subespecies de depresión y melancolía de formatos e intensidades variables. Unos se dedican a echar miradas atrás, repasando los doce meses transcurridos y sacando balance. Otros se devanan los sesos con cuestiones "¿Por qué no soy tan feliz como los demás?"

Se pueden añorar melancólicamente las navidades infantiles. Algunos se sienten solos, otros lo están. Hay quien se topa con conflictos y falsos encuentros familiares muy distantes de los que aparecen en la televisión. La obligación de sonreír y abrir el corazón lleva a ver desconsoladamente que la realidad cotidiana está muy lejos de todo ello. Algunos optan por huír de las fiestas y viajar. La soledad se amplifica. Tapamos problemas, practicamos fórmulas que no nos creemos ni nosotros mismos. Jugamos a engañar..y la mente y el cuerpo sienten esa contradicción.

¿La solución? No fingir, ser lo más sinceros y naturales con nosotros. SER UNO MISMO. 

¿POR QUÉ SE PRODUCE LA DEPRESIÓN NAVIDEÑA?
Con este término se describe un estado de ánimo que se desarrolla en esta época del año y que guarda mucha similitud con la depresión que todos conocemos: la persona se encuentra triste y melancólica, tiene una visión negativa de todo lo que le rodea y le resultará complicado llevar a cabo cualquier actividad.

Los factores principales que pueden llevar a una persona a sentirse así:

• Recuerdos de seres queridos que han fallecido o que se encuentran lejos. El pensamiento será negativo, por lo que la persona afectada no tendrá ganas de fiesta.
• Aparecen recuerdos de acontecimientos vividos en estas fiestas, pero que solo nos sirven para ensuciar el presente. Las personas que se encuentran lejos de casa pueden desarrollar este trastorno, sobre todo porque pensarán en lo solos o lejos que están.

• A menudo también puede ser que nos dejemos llevar por la publicidad y el espíritu navideño. No hay que caer en esto, hay que tener claro que cada uno vive la Navidad a su manera y que ninguna forma es mejor que otra.

¿QUÉ HACER PARA ESTAR MEJOR?

• Hacer que los recuerdos de los fallecidos se conviertan en algo agradable rememorando las cosas positivas de esa persona.
• Eche mano de los suyos para superar los malos momentos, hablar y expresar sus sentimientos le hará sentirse mejor.
• Recordar en estas fechas que muchas familias tienen problemas que resolver y que no es el único. Intente aceptar su realidad y aprovechar las fiestas para desconectar un poco del día a día. Cuando se acaben todo seguirá igual, está triste o no, recuerda que la Navidad es sólo una fecha en el calendario; no le de tanta importancia, es una fiesta más

• Aproveche sus recursos y sea creativo; una buena cena de Navidad no necesita obligatoriamente marisco y cordero. Busque alternativas y decore su casa con cosas apetecibles, los demás se lo agradecerán y disfrutaran de la cena.