DICIEMBRE, REFLEXIONES DE UN MES Y UN AÑO QUE SE VAN



Estamos ya en el ecuador de las fiestas. Tenemos que aceptar es que el mes de diciembre es un batiburrillo de emociones contradictorias, expectativas exageradas y agotamiento y que, a momentos, nuestro desespero es tan hondo que nos da miedo reconocerlo.


En cambio, expresamos el estrés con lágrimas, rabietas, lamentándonos, gimiendo, atacando, sufriendo migrañas, comprando en exceso y pasándonos con la comida y la bebida durante tres semanas. De repente, el Ebenezer Scrooge de Dickens parece el personaje peor comprendido y más calumniado de la literatura.


Entre los compañeros de trabajo, personas que están optimistas y animosas once meses al año, en diciembre es mejor no acercarse mucho por su mesa, ya que acabarás escuchando reniegos de todo tipo: "¿Las Navidades? ¡Bah!, menuda farsa..¿Querrán que con un trabajo de jornada completa en la oficina encuentre tiempo para celebrar la Navidad?, sin saber que se hacen eco de lo que pensamos todos los que trabajamos en la oficina.



Así pues.. ¿qué pedimos en nuestras plegarias ante la llegada de la Navidad?
¿Más crédito en la tarjeta? ¿Ayuda para comprar los regalos, envolverlos, enviar felicitaciones, decorar la casa, preparar la comida y organizar la fiesta?

¿Y si en diciembre intentamos programar menos trabajo en la oficina? ¿Y si declaramos un alto al fuego en la arraigada tradición de pelarse por con el dinero, por la custodia compartida o por los familiares que vendrán de visita?

¿De eso se trata cuando decimos y hemos vuelto a decir este año "Feliz Navidad"?. Es comprensible que huyamos del tremendo esfuerzo en que se ha convertido la Navidad; pero siempre hay unos rasgos atenuantes que finalmente consiguen compensar todas las molestias y tensiones
Rasgo atenuante número 1: Las Navidades llegarán el 24 de diciembre, tanto si estamos preparados como si no.
Rasgo atenuante número 2: Las Navidades se irán el día 6 de enero

¿Dos semanas? ¿Y todo este alboroto por dos semanas sólo?. Siempre que recuerdes que las Navidades duran sólo dos semanas te sentirás mejor según se acercan.




LOS FANTASMAS DE OTRAS NAVIDADES

Las primeras veces que ocurre algo en la vida son las mejores o las peores. Las primeras Navidades que pasa con un amor o con un hijo recién nacido son maravillosas. Las primeras Navidades que pasas sola son un dolor y cavernosas. Una escritora americana lo reflejó de esta manera: "Los otros recuerdos se difuminan y desvanecen pero siempre recordamos donde hemos pasado cada Navidad".





Incluso cuando dejamos atrás la conmoción de unos cambios de vida obligados, el recuerdo de otras Navidades duele de una forma muy particular; para aliviar esta situación u otras que nos incomoden hay que reescribir la fiesta, dando oportunidad a unas Navidades nuevas. Pensamos que las tradiciones están labradas en tablillas de piedra, pero en realidad son como las recetas y se adaptan perfectamente a las nuevas circunstancias. Si introducimos rituales festivos nuevos cada año, nos aseguraremos de que nuestra capacidad de maravillarnos sigue intacta y de que los futuros recuerdos de las Navidades pasadas nos aporten felicidad y renovación.



Para llevar a cabo esta renovación y hacer renacer nuestra nueva Navidad, hay que volver atrás y quedarse con los buenos recuerdos; cuando hayas recuperado recuerdos felices de fiestas, se convertirán en tu impronta personal (habrás creado tu propia Navidad)



REGALOS DE NAVIDAD
El mayor regalo que deseas no está en tu lista: una garantía de que de que conseguirás sobrevivir a estas fechas sin que se produzca una catástrofe emocional.

En un estudio que se hizo acerca de la diferencia que existía entre como hombres y mujeres vivían la Navidad, la revelación fue que los hombres no detestan la Navidad; lo que realmente detestan son los cambios de humor provocados por estas celebraciones, y no sólo los de su pareja, sino también los de ellos. Lo que pasa que los suyos son de diferente naturaleza, tienen más relación con la pérdida de días laborales en los que realmente son ellos mismos (especialmente para los adictos al trabajo)y se vuelven insoportables 


Otras razones de las descargas de tumultuosas testosterona: las mujeres son mucho mejores compradoras que los hombres. Este es un fenómeno que se ha estudiado, y los resultados demuestran que los regalos que han adquirido las mujeres se devuelven la mitad de veces menos que los que han comprado los hombres. Los hombres compran de manera más impulsiva y gastan mucho más en regalos para las mujeres y la razón es que los hombres tienen poco tolerancia a eso de pasarse un buen rato en una tienda pensando que comprar a otra persona. A excepción de los artículos deportivos y las herramientas ¿conocemos algún hombre que haya intentado curarse una depresión a base de salir de compras?. Los hombres quieren entrar en una tienda y salir al cabo de cinco minutos (creo que a mí me gustaría ser hombre en estas ocasiones). Incluso en el caso de que quiera hacerle a su pareja un regalo fabuloso, no sabe cómo, lo cual le predispone al fracaso. De ahí que está de mal humor.



Soluciones para las mujeres: Buscarle tareas que se les den bien y que tú no quieras hacer: cargar bultos pesados, que se encarguen de los objetos que se compran "listos para montar", ir a  buscar a los familiares o amigos al aeropuerto o a la estación, llevar paquetes a Correos, la iluminación (tanto la de dentro como las de fuera) y comprar artículos de última hora con una lista bien escrita y detallada, marca incluída. También agradecerá que le des una lista de los regalos que quieres, donde comprarlos y de que talla.



Y el regalo "talla única" que todo hombre apreciará, adorará y nunca devolverá? He aquí unas ideas: entradas para su equipo favorito, el regreso a la juventud perdida en forma de una guitarra eléctrica que deseaba pero nunca tuvo a los quince años.



Después del ajetreo de las compras navideñas, para uno u otro sexo lo mejor es tomarse una infusión relajante. Compra té a granel y mézclalo con dos partes de hoja de meta seca y una parte de flores de mantequilla. Guárdalo en una lata. Para hacer la infusión echa una cucharadita de la menta por taza de agua caliente y déjalo reposar diez minutos por lo menos.




UNA VEZ MAS CON SENTIMIENTO

La melodía de la música, el tintineo de las copas, el tictac del reloj. Se acabó el Año Viejo, así que cambia para mejor; dejar la tensión para buscar el significado real de esta noche. Se acabó el Año Viejo, empieza el Año Nuevo. Tu año, no el de la multitud que grita la cuenta atrás con las campanadas.

Enciende unas velas, pon una botella de cava en el frigorífico. En vez de ver por la televisión la retransmisión de las doce campanadas, pon música o el vídeo del hallazgo que más te emocionó el pasado año. Mientras, ten a mano otros objetos que puedas admirar como prueba de un tiempo bien empleado: libros comprados recientemente o que has releído encantada, la notificación que os envío vuestro jefe por un buen trabajo en equipo, un recuerdo de las vacaciones de verano..




Piensa en personas que te hayan importado durante este último año y también en esas que te hacen sentir algo culpable porque las has dejado de lado o has perdido el contacto con ellas. Haz una lista de personas con las que no has intercambiado tarjetas de Navidad pero a las que te gustaría llamar por teléfono en algún momento para decirles: "Ahora que se han acabado las fiestas, espero que encontremos un momento para vernos ".




Una última mirada. Un acorde menor. Otro sabor. Otra textura. Una fragancia final para recordar. Abrimos la puerta para que salga el Año Viejo con todo lo malo que pueda llevarse, no podemos atesorar toda nuestra vida



Hay veces en que la vida nos sorprende y puede suceder cualquier cosa, incluso aquella, precisamente, que estábamos esperando.
Ellen Glasgow


Feliz Año Nuevo


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